tribuna

Lo de Extremadura

Qué pasa en Extremadura? ¿Se está dirimiendo en esta región un debate de alcance nacional? Y, de ser así. ¿quién, o quiénes, pretenden sacar petróleo de esta situación? Hay análisis para todos los gustos; desde los que plantean la misma oportunidad que tienen los partidos políticos para pactar, a su izquierda o a su derecha, con quien mejor convenga, hasta los que mantienen como eje principal de la campaña el evitar que España sea gobernada bajo la influencia de los ultras, como si estos pertenecieran a una única facción homologable. Esta es una discusión falsa porque la mayoría de los españoles entiende que este asunto no les afecta, y, en el caso de hacerlo, no es suficiente para que sus efectos no puedan ser contrarrestados por argumentos justificativos, o por la venta de éxitos de gestión que nada tienen que ver con lo ideológico. Una de las razones que expone la señora Guardiola es la escasa entidad que tienen los cinco diputados de Vox frente a los 28 de PP en la Asamblea regional, un 18%, comparado con los 52 de Podemos, ante los 120 del PSOE, que representan un 43%, en el Parlamento nacional. Así empezarían a entenderse mejor las cosas, máxime cuando la posibilidad de que salga presidente Fernández Vara es nula, a menos que lo votaran los miembros de Vox. El riesgo estriba exclusivamente en provocar la convocatoria de unas nuevas elecciones; algo desastroso y difícil de explicar a la hora de buscar culpables.

Por otra parte, siguiendo las razones que aluden al respeto de la voluntad del electorado, la señora Guardiola dice que el voto que ha recogido su partido proviene más de aquellos que habían votado a los socialistas, y, por tanto, sería a ellos a quienes estaría defraudando. Aquí se trata de establecer una normalidad globalizada en cuanto a los pactos, olvidando las circunstancias especiales de cada caso. En La Laguna, por ir a un ejemplo menor, el alcalde ha sido investido sin atender al acuerdo de gobierno que se le exigía por parte del bloque que lo apoyó en la anterior legislatura y con el que compartió responsabilidades de gestión. Como vemos, cada territorio tiene su problema y cada jornada tiene su afán, bien diferenciado en las distintas localizaciones. A pesar de ello, la situación no convence a nadie porque parece que funciona mejor la pinza que le hacen a los populares, los del sanchismo, al que pretenden derogar a toda costa y la ultraderecha que manifiesta su necesidad perentoria de acercarse al poder en todos los lugares donde le sea posible.

Mientras tanto, Jiménez Losantos y la prensa extrema más conservadora tachan a la cabeza de lista popular de traidora y de sorayista, un apelativo que estaba escondido en los cajones de la historia reciente y que ahora se pretende resucitar. También se la compara con Irene Montero, porque es el momento de entrar en el vituperio que sirve para llenar las primeras páginas de los periódicos y abrir los telediarios. Un debate falso y demasiado tempranero para que llegue con todo su vigor a las inmediaciones del 23J. Por si fuera poco, el candidato socialista anuncia que se presentará a una investidura, bajo los auspicios de la nueva presidenta de la cámara, que es de su partido, por mor de la decisión de la señora Guardiola. Esto hará que los plazos vayan corriendo y no haga falta una convocatoria antes de las elecciones generales, con lo cual el problema queda aparcado hasta soluciones posteriores.

La política tiene estos cálculos diabólicos que la gente no entiende. Lo importante es explicar por qué la clave de los próximos comicios está pivotando sobre este asunto que más parece una pelea de patio de colegio. La táctica de Moncloa consiste en hacer el monólogo de su gestión, con Sánchez entrevistando a sus ministros, en streaming, mientras los demás se pelean sacándose el cuero por llegar al poder, como si ellos no hubieran hecho lo mismo cuando les tocó, y lo repetirán si les hace falta. Porque, no se engañen, aunque todos digan que salen a ganar, salen a repetir, como hago yo cada seis meses, cuando voy al centro de salud para que me reactiven la receta.

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