visiones atlánticas

Mesa con tres patas

El modelo de partidos de Canarias es una mesa de tres patas, triángulo que le da estabilidad. En Canarias nunca ha habido un gobierno de un partido. Desde la llegada de la democracia en el 78, hemos tenido en Canarias X legislaturas, a la XI vamos. Con nueve presidentes, dos del PSOE, dos del CDS y cinco de Coalición Canaria. Canarias no se gobierna estable sin contar con dos de las “patas principales”, que en un parlamento de 70 diputados debe tener 15. Hoy tenemos al PSOE con 23, CC con 19 y PP con 15. Un Parlamento complejo, obligado a equilibrios de provincias, islas menores, islas mayores y listas insulares y regionales. Doble papeleta que nos lleva a equilibrios de “patas pequeñas”, para cerrar el círculo.

Canarias es una sociedad de clases medias y micropymes, con la provincia occidental con ascendiente de sociedad agraria y la oriental más comercial. Vimos en la I legislatura de Saavedra 83-87, gobernando con una pata principal, tensionada por la Ley de Aguas, modificada en el 90 por Olarte, y el Tratado con la UE modificado en el 1986 con el nuevo Protocolo, de mayor integración en Europa. Dos años estuvo Fernando Fernández con el CDS, hasta la moción de confianza que heredó Olarte durante dos años. Regresó Saavedra con las AIC de Hermoso, 91-93, quien se aupó a la presidencia en la moción de censura 93-95. 26 años más de 95 a 2019 de Coalición Canaria, en el juego de tres patas con PP y PSOE. El la X Legislatura, el Pacto de las Flores, PSOE y “tres patitas”, NC, Podemos y ASG de Casimiro Curbelo. Con una política antiliberal remedo de Madrid, con más impuestos, más burocracia y más intervencionismo. La XI legislatura, se inicia con 38 diputados de 70, un pacto con dos “patas principales” CC y PP y “dos patitas”, la ASG de Curbelo y la AHÍ de Tomás Padrón, fundador de las AIC. Técnicamente hablando, la única fuerza centrada en Canarias es la ASG de Casimiro Curbelo, capaz de pactar a derecha y a izquierda. Desde su aldea gala, Astérix Curbelo pacta con todos los “locos romanos”. Posible por la escala de la isla con 20.000 habiantes, donde con tres diputados de cuatro es llave para el gobierno regional, que prima sus presupuestos y cargos. Lo que no evita encontrarse en la España vaciada de las islas verdes, que expulsan a sus jóvenes mejor formados y soportan una población muy envejecida.

Los tres representantes del nuevo pacto regional canario han sido alcaldes y comparten sensibilidad y ciudadanía, que expresaba Curbelo como fin de toda acción política. Un nuevo pacto para la sociedad civil. Se desplaza el centro de gravedad del “socialpodemismo” hacia una política centrada en el ciudadano. Recuperar la seguridad jurídica exige dotar de plazos y costes ciertos a la burocracia. Recuperar el “silencio positivo” en las tramitaciones, cumplir con la Directiva Bolkestein torpedeada por Zapatero en 2010, volver a la legalidad UE. Suprimir la nueva Ley Climática del 2022, burocrática e intervencionista, sostenida en las tesis del crecimiento cero, y remitirnos a la nacional vigente.

Como se suprimió por la nacional en 2017, la de Evaluación Ambiental de Canarias. Aligerar Ley del Suelo, suprimiendo transparencias y participaciones innecesarias. Plan regional de conectividad terrestre-marina, recuperando el puerto de Fonsalía, llave para el desarrollo de islas verdes y reforzar las conexiones aéreas nacionales e internacionales. Plan de medianías para la Canarias vaciada. Rebaja del IGIC al 5%, cuando lo subieron provisionalmente en la crisis. Plan de vivienda pública, ayudas a autónomos y reducción fiscal a rentas bajas. Potenciar el transporte público y el anillo insular de Tenerife. Reforzar la RUP y el REF, estabilizando sus marcos temporales. Favorecer el crecimiento económico, el modelo productivo, el empleo, la sanidad y la escuela. Cambio de la cultura subvencionada por una cultura emprendedora.

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