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Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho, confiesa haber asesinado y descuartizado a un hombre

Las partes del cuerpo, incluidas las caderas y los muslos, fueron encontradas en un basurero el jueves, y las autoridades creen que pertenecen a un cirujano plástico colombiano de 44 años
Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho, confiesa haber asesinado y descuartizado a un hombre

Un hombre español ha confesado haber asesinado y descuartizado a otro extranjero, de nacionalidad colombiana, en la popular isla turística de Koh Pha Ngan, Tailandia, según informaron las autoridades policiales el pasado sábado.

Las partes del cuerpo, incluidas las caderas y los muslos, fueron encontradas en un basurero el jueves, y las autoridades creen que pertenecen a un cirujano plástico colombiano de 44 años, identificado como Edwin Arrieta Arteaga.

El sospechoso, identificado como Daniel Sancho Bronchalo, de 29 años, llegó a Tailandia como turista el 31 de julio y confesó el asesinato, según la policía. La investigación está en curso, y se ha revelado que la víctima y el sospechoso se conocían antes de llegar a Tailandia, y las autoridades creen que sus actividades sospechosas podrían estar relacionadas con el crimen.

Se informó que el sospechoso trabaja como chef y es hijo del conocido actor español Rodolfo Sancho. Las fotos del sospechoso coinciden con las imágenes en su cuenta de Instagram, que también sigue a la víctima. Además, su cuenta de Instagram ha sido etiquetada previamente en las publicaciones de Rodolfo Sancho. Hasta el momento, ni la embajada española en Bangkok, ni Rodolfo Sancho, ni su agente han respondido a las solicitudes de comentarios.

Aunque Tailandia es generalmente considerado un país seguro con crímenes violentos poco frecuentes, Koh Pha Ngan es conocida por sus animadas fiestas de “luna llena” que atraen a miles de mochileros a sus playas de arena blanca.

En 2014, otra isla turística tailandesa, Koh Tao, fue escenario del asesinato de dos jóvenes mochileros británicos. Dos ciudadanos birmanos fueron condenados a cadena perpetua por estos hechos, pero grupos de derechos humanos han cuestionado la justicia del juicio y acusaron a las autoridades tailandesas de utilizar a los hombres como chivos expiatorios.

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