incendio en tenerife

Desirée Hernández: “No pudimos dormir por la incertidumbre, pensando en el fuego”

Las 99 personas alojadas en el pabellón Quiquirá, en La Orotava, destacan la atención que reciben, pero no les ha resultado fácil pasar la primera noche fuera de casa
“No pudimos dormir por la incertidumbre, pensando en el fuego”
Desirée Hernández fue evacuada junto a su familia y su perra Ágora. | DA

Ha sido una noche larga, quizás la más larga que hayan tenido que vivir los vecinos desalojados de Pinolere, Aguamansa, Pino Alto y La Florida, en La Orotava, como consecuencia del peor incendio de los últimos 40 años en Tenerife.

De los 800 afectados, 99 fueron trasladados el jueves al pabellón municipal Quiquirá, con plaza para cien camas, en el que se dispuso todo lo necesario para acogerlos de la mejor manera posible. Y aunque coincidieron en que no les faltó nada, les ha sido imposible conciliar el sueño.

“No pudimos dormir por la incertidumbre, pensando en el fuego”, declaró ayer a DIARIO DE AVISOS Desirée Hernández Bello, vecina de la Florida Alta, una de las primeras personas evacuadas. Se encuentra allí con toda su familia, su esposo, sus dos hijos, su madre y su hermana y la familia de ésta, además de sus dos mascotas, su perra Ágora y su gata Lea.

Fue la Policía Local quien les avisó. Acudieron a casa de su madre, que vive enfrente, y a las dos horas se repitió el requerimiento. “Ahí sí nos asustamos un poco más”, confesó.

Cogieron las cosas más indispensables. Y aunque siempre “se piensa en más”, en ese momento se centraron en la ropa de los niños y sus juguetes.

“Aquí nos han tratado muy bien, pusieron una ludoteca y los animales también tienen su lugar”, aunque Ágora está acostumbrada a estar mucho con ella y juntarla con más animales “la tensionó un poco”.

Le tranquiliza saber que ha sido una decisión preventiva y que no hay ningún inmueble afectado porque las llamas se encuentran alejadas de núcleos urbanos, tal y como confirmó a primera hora de ayer el concejal de Seguridad, Narciso Pérez.

Desi lleva 35 años viviendo en La Florida. Pese a lo ocurrido, no piensa en mudarse. “La ladera es un símbolo, aunque ahora, al volver, nos dará pena verla negra”, sostuvo.

Martín, vecino de Pino Alto, no se separa de Valentina

Martín, vecino de Pino Alto, no se separa de Valentina. | DA

Martín Pacheco González es de Pino Alto y tampoco pudo pegar ojo. Abandonó su casa sobre las 18.00 horas y “sentí miedo”, dijo. Vive con su madre pero ella está en la casa de una nieta, y acudió al pabellón con un hermano y Valentina, una perra “buenísima” a la que a primera hora la sacó a pasear y de la que casi no se separa.

El ambiente que se vivió ayer en el pabellón era tranquilo. Hombres y mujeres hablaban entre ellos, salían a dar una vuelta por los alrededores para ver la ladera, pendientes de las llamas, y los dueños de las mascotas se ocupaban de limpiar los caniles y las jaulas.

40 voluntarios de Cruz Roja acompañan y atienden a las personas desalojadas de sus viviendas

La concejal de Bienestar Social, Belén González, destacó el comportamiento de las personas confinadas. “No es fácil que lleguen a tu casa y digan que tienes que desalojarla, pero entienden que ha sido de manera preventiva porque estaba muy cerca el humo y las cenizas”.

La concejala de Bienestar Social, Belén González, junto a trabajadoras del área y voluntarios de Cruz Roja. | DA

Al equipo del área de Bienestar Social, se sumaron profesionales del Colegio Oficial de Psicólogos, quienes ofrecieron su apoyo y les explicaron, sobre todo a los más pequeños, la situación que se estaba viviendo.

Un total de 40 voluntarios de Cruz Roja con su presidenta autonómica y su presidente provincial, Mayte Pociello y Heliodoro González, respectivamente, a la cabeza atendieron a los afectados de manera permanente, siempre dispuestos para cualquier tarea, desde repartir la comida hasta brindarles su apoyo en un momento difícil.

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