En lo que respecta a evitar el apareamiento no deseado, las ranas hembras muestran una notable variedad de estrategias, incluso llegando al punto de simular su propia muerte, según un reciente estudio publicado en la revista Royal Society Open Science. Este hallazgo subraya la capacidad de estos animales para defenderse de las presiones de apareamiento por parte de los machos.
“Anteriormente se creía que las hembras no podían elegir ni defenderse de esta coerción masculina”, explicó la doctora Carolin Dittrich, primera autora del estudio y parte del Museo de Historia Natural de Berlín, en una entrevista con The Guardian.
Sin embargo, los resultados de la investigación refutan esta idea. En caso de enfrentar una coerción, las hembras de la rana común europea (Rana temporaria Linnaeus) poseen diversos mecanismos de defensa: rotación del cuerpo, emisión de llamadas para la liberación e inmovilidad tónica (fingimiento de muerte).
“Nuestras observaciones muestran que las hembras de las ranas reproductoras explosivas pueden no ser tan pasivas e indefensas como se creía previamente”, afirmaron los investigadores.
A new study published in the journal Royal Society Open Science found that some female frogs go to great lengths to avoid reproduction — up to and including playing dead.
— NowThis (@nowthisnews) October 11, 2023
The researchers looked at the European common frog in a lab setting, and found that females often fought… pic.twitter.com/hkWp88RpnV
Para llegar a estas conclusiones, el equipo colocó a un macho de rana en una caja junto a dos hembras (una de mayor tamaño y otra más pequeña) y registraron su comportamiento en video.
De las 54 hembras que experimentaron la presión de un macho, el 83% intentó rotar su cuerpo; el 48% emitió llamadas para liberarse (gruñidos y chillidos) y rotó su cuerpo; y el 33% respondió con inmovilidad tónica (rigidez con brazos y piernas extendidos, simulando estar muertas), además de rotación y llamados.
Según los resultados, estos comportamientos defensivos estaban notablemente relacionados con un tamaño corporal femenino más pequeño. Estas hembras tuvieron más éxito en escapar de los machos que intentaban reproducirse sin su consentimiento.
“La presencia de los tres comportamientos juntos se asoció significativamente con un tamaño corporal femenino más pequeño, mientras que la rotación en combinación con la llamada se asoció con un tamaño corporal femenino más grande”, detallaron los responsables del estudio.
Los investigadores consideran que la inmovilidad tónica es una respuesta al estrés, siendo más común en las hembras jóvenes, posiblemente debido al mayor estrés que experimentan al tener menos experiencia en la reproducción.
A pesar de estos hallazgos, los investigadores reconocen ciertas limitaciones en el estudio, como la necesidad de una muestra más amplia para investigar si las hembras más pequeñas tienen más éxito en escapar de estas situaciones.