“Hablamos la noche anterior y nada lo hacía suponer”, desvela a DIARIO DE AVISOS el nuevo ministro de Política Territorial y Memoria Democrática del Gobierno de España, Ángel Víctor Torres, sobre su última conversación con su amigo, correligionario en el PSOE y primer presidente de la Autonomía de Canarias, Jerónimo Saavedra.
Con el buen humor que siempre le caracterizó, Momo “me recordó que iba a un Ministerio donde estaba su retrato”, añade no sin cierta emoción Torres, dado que Saavedra también fue ministro de Administraciones Públicas en un gobierno presidido entonces por Felipe González.
La mañana del pasado martes, Torres prometía sus altas responsabilidades en el Gobierno con vistas a esta XV Legislatura en la que tantas expectativas se han abierto para la normalización política del encaje territorial en un país tan diverso como España.
Saavedra había pisado el mismo terreno de la conciliación territorial y ese martes, a sus 86 años, se disponía a iniciar la jornada como cualquier otro de sus días en los últimos años y sufrió un desvanecimiento, sin que nada hiciera presentir el fatal desenlace.
La noticia del fallecimiento de este puntal de la política isleña se hizo pública en el Parlamento de Canarias, cuya presidenta, Astrid Pérez (PP), obró en debida consecuencia a semejante pérdida y aplazó hasta dos días después el Pleno que celebraba en ese momento la Cámara regional, por mucho de que se tratase del más importante del año, como es el que versa sobre los presupuestos autonómicos.
Como no podía ser de otra manera dadas las formas políticas que se estilan por estos lares, mucho más correctas y respetuosas con el mandato de la ciudadanía en comparación con la bronca y zafiedad instalada a nivel estatal, las diferencias ideológicas se desvanecieron a la hora de honrar la memoria de Saavedra, empezando por el propio presidente autonómico actual, Fernando Clavijo (Coalición Canaria).
A buen seguro, el lagunero resumió el sentir de todos al describirle como una “persona afable, comedida, coherente y siempre dispuesto a ayudar a enseñar. Se nos ha ido uno de los grandes de la política”, proclamó en sede parlamentaria aquella mañana antes de añadir que Saavedra también “fue grande” en otros ámbitos como “la Cultura o la Educación”.
Despedido Saavedra con todos los honores al día siguiente en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, la ciudad que lo vio nacer y de la que llegó a ser alcalde, Torres voló desde Madrid a tiempo para, justo antes de dicha ceremonia, proclamar que el político fallecido era una “figura irrepetible” y padre “fundamental” de lo que es hoy Canarias, a la par que trasladó las condolencias del presidente de España, Pedro Sánchez (“eran íntimos amigos”, explicó), “a la familia de Jerónimo Saavedra, a la política canaria y también a la política estatal”.
“Estuvo dándome mensajes de ánimo y de apoyo ante los nuevos retos”, desveló Torres sobre esa última conversación con Saavedra, en la que le transmitió confianza y apoyo al nuevo ministro de Política Territorial y Memoria Democrática.
“He tenido la suerte de ser como él alcalde (…), presidente de Canarias e incluso ministro, pero jamás llegaremos a lo que él fue”, concluyó el nuevo ministro.
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