Recordar es vivir, es “volver a pasar por el corazón”, como escribió Eduardo Galeano en El libro de los abrazos. Fue esa “mágica definición” la que inspiró al psicólogo y fotógrafo Juanra Álvarez, a diseñar el tradicional calendario del Ayuntamiento del próximo año como si se tratase de un viaje retrospectivo por el municipio.
Imágenes en blanco y negro entre los años 40 y 80 ilustran el almanaque temático que cada año el Consistorio reparte entre los vecinos y vecinas del municipio, una costumbre que mantiene desde hace más de 15 años y que demanda la ciudadanía, no solo por la belleza de sus fotografías sino porque es un documento práctico y funcional puesto que contiene teléfonos de interés, festividades locales y agenda de acontecimientos municipales.
Durante todo este tiempo Álvarez ha sido el responsable de idearlo. Hasta ahora, siempre había incluido instantáneas de su autoría, sin embargo, en esta ocasión se sumergió en un trabajo de investigación y recopilación de imágenes de la historia del municipio de los últimos 80 años para el que contó con la especial colaboración de la licenciada en Historia del Arte Yaiza Díaz.
Este exhaustivo trabajo que se inició a comienzos de año reúne 41 fotografías que representan la andadura social y cultural de El Sauzal en las últimas ocho décadas y pone en valor a las personas, la historia, las costumbres y los lugares como El Calvario, San José, San Pedro, la Carretera General, Ravelo, San Nicolás o la costa, de un enclave de singular belleza.
Así, se puede ver a los hombres que lideraban la comisión de fiestas de San Pedro, un colectivo que ya no existe, sentados al lado del escenario de la plaza, fumando, a finales de los años 60 y 70; mujeres que recogían agua de Los Lavaderos o en una de las veladas que se celebraban en la sociedad San Pedro, epicentro de todos los acontecimientos sociales de importancia, incluso bodas, en esos mismos años.
Fiel a su objetivo y tal como lo hizo en años anteriores, el calendario busca el recurso de proporcionalidad de todo el municipio, es decir, que estén representados todos los barrios y zonas.
El psicólogo buceó en los archivos del Ayuntamiento, de la iglesia, y se movió entre asociaciones, colectivos y particulares que les cedieron las fotografías. “Una vez que he entrado en las casas particulares y asociaciones, he estado charlado con todas esas personas porque se trata de generar una emoción a través del recuerdo. Con esta memoria del pasado relativamente reciente he visto a la gente muy emocionada, con mucha predisposición y muy agradecida por esta idea que creo que va a gustar a todo el municipio”, confiesa.
Asegura que la gente ha cedido gustosa las fotografías y además, ha sido un momento para conversar y hacer recordatorio con esas personas.
El calendario de 2024 está estructurado en 14 páginas. Las doce correspondientes a cada mes lleva una foto principal y una complementaria del mismo tema o barrio, a las que se le añaden una portada y un anexo que incluye una galería con 16 imágenes de diferentes acontecimientos.
Los doce meses
El mes de enero está dedicado a la cultura y las fiestas, como las de San Pedro y el Corpus Christi; febrero a los paisajes de medianías; marzo a San José y su hacienda, un lugar cargado de historias; abril a la carretera general, la entrada principal del municipio; y mayo a el barrio de El Calvario.
Junio es para el casco, espacio de la vida pública en los años 60, y julio, mes por excelencia del verano, para la costa. Agosto está dedicado a Los Ángeles, la primera urbanización que comenzó a fraguarse a comienzos de los años 50 y 60, mientras que septiembre tiene como temática la de San Nicolás y su acogedor entorno de la ermita; y en octubre los protagonistas son los diferentes colectivos del municipio. Los dos últimos meses del año, noviembre y diciembre, son para Los Lavaderos, uno de los rincones de mayor encanto de El Sauzal, y el barrio de Ravelo, respectivamente.
Juanra Álvarez subraya que el anuario “es un homenaje a las personas mayores, que van a contemplar con nostalgia estas fotografías y al mismo tiempo, un aprendizaje para los más jóvenes y los adultos que no llegaron a vivir esos tiempos, que se encontrarán con imágenes de un municipio que no tiene nada que ver con el actual pero que a través de esta retrospectiva se pone en valor”.
“Les invitamos a todos a recordar El Sauzal de antaño. Ver para creer y, si es preciso, rememorarlo después. Tan sólo así, tendremos la posibilidad de imaginar con nitidez la riqueza de los tiempos pasados, y que, a su vez, perdure en la memoria”, reflexiona el psicólogo.