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Jesús Domínguez ‘Grillo’: el playero tinerfeño que subió al podio de la natación

Aprendió a nadar en Los Cristianos, en 1948 se convirtió en uno de los pocos canarios en participar en unos Juegos Olímpicos, en Londres, y se hizo una leyenda de la natación
Jesús Domínguez ‘Grillo’:el playero que subió al podio
Jesús Domínguez ‘Grillo’ en la piscina durante un entrenamiento, una imagen incluida en una publicación recopilatoria de su hija. | María Jesús Domínguez Melo

El tiempo discurre plácido en la calle Jesús Domínguez de Los Cristianos, a unos pasos de la playa de Las Vistas y cerca del lugar en el que vive una de las hijas del denominado Grillo. Dicen que porque, de niño, raspaba la puerta de su tía con cualquier utensilio que tuviera a mano. De aquel ruido, como el de un grillo, le vino el apodo.

“Para los demás era una persona espléndida”, explica una de los ocho hijos que tuvo, María Jesús Domínguez Melo. “Fueron ocho, sí. Cuatro nacidos en Las Palmas y cuatro aquí”, apuntilla, mientras asegura que le gustaría “tener algún recuerdo” de su padre, que fue una leyenda internacional de la natación por el número de récords que logró y de distinciones que acumuló.

No le queda medalla o trofeo alguno que reivindique sus raíces. Tan solo un libro de recopilación de imágenes y recortes de periódicos que dan cuenta de la relevancia de este deportista del sur de Tenerife. Aunque eran otros tiempos, Grillo sí logró cierto reconocimiento en vida, tanto en su municipio, como en toda Canarias, especialmente en Las Palmas de Gran Canaria.

“Jesús Domínguez Martín nació en enero de 1927, si bien en otras fuentes se anota el año de 1926, en Los Cristianos. En el Padrón Municipal de Arona, a 31 de diciembre de 1931, Jesús Domínguez Martín consta inscrito en Los Cristianos, cuenta con 6 años de edad, hijo de José Domínguez León, de 35 años de edad y de profesión jornalero; y de Aurelia Martín Rancel, de 30 años y de profesión jornalera”, según los datos del investigador, escritor y divulgador Marcos Brito.

Este año se cumplen veinte de su muerte y setenta y cinco de su participación en los Juegos Olímpicos de Londres de 1948, los primeros que se celebraron una vez terminada la II Guerra Mundial. Fue uno de los primeros canarios, si no el primero, en estar en unos. A Londres le acompañaron otros dos: Francisco Calamita y Manuel Guerra, este último de Gran Canaria. La ciudad inglesa se encontraba aún muy dañada como consecuencia de los bombardeos de la aviación alemana, según narró él mismo por lo que pudo observar desde el avión.

De hecho, aseguraba que, aunque había terminado cuando se celebraron las olimpiadas, “la guerra estaba ahí. Londres totalmente destrozado, el hambre asomaba a cualquier esquina; los rusos no participaron, los alemanes no tenían deportistas…”. También relataba su encuentro con dos exiliados españoles en Londres, que le preguntaron cómo se vivía en España: “Dijimos que ma, con hambre”, les expuso.

En aquella competición, la delegación nacional estaba compuesta por 64 hombres, todos, que participaron en nueve deportes. La única medalla fue una plata obtenida en los saltos por equipos de hípica. Jesús Domínguez era uno de los seis nadadores de un equipo español lastrado por la postguerra. “En Londres pasamos hambre. Cada país ponía su comida; España mandó la suya dieciséis días después. Gracias a los argentinos no fallecimos”, aseguró en una entrevista a Diario de Las Palmas. Recordó, además, el calor que sentían los nadadores canarios en las piscinas climatizadas de la capital británica durante los juegos.

Contó que no le dejaron acudir, después, a las olimpiadas de Helsinki en 1952 por “favoritismo”, ya que la Federación Española decidió inscribir a otros deportistas. Se lo dijeron cuando ya había llegado a Finlandia, donde le dejaron con apenas cinco libras para vivir, con los que se alimentó con “unas barras de pan y kilos de peras”, según explicó en la desaparecida La Gaceta de Canarias.

No se puede decir que Jesús Domínguez no fuera profeta en su tierra, puesto que, además de una calle, puso nombre al pabellón polideportivo y a la propia piscina municipal de Arona, ubicada en Los Cristianos. En Las Palmas de Gran Canaria, donde vivió muchos años, y donde compartió la natación con su trabajo como taxista, se encuentra el denominado polideportivo olímpico que le rinde homenaje.

Marcos Brito recuerda que el 15 de noviembre de 1959 se le tributa en Los Cristianos un partido de fútbol en homenaje y beneficio. “El Ayuntamiento de Arona -subraya- ya había organizado dos años antes otro homenaje para colaborar en la adquisición un vehículo de servicio público” teniendo en cuenta la situación económica Jesús Domínguez y “tratándose de un vecino de esta localidad que ha dedicado su juventud al realce del Deporte Nacional”, por lo que se “acuerda por unanimidad contribuir con dos mil pesetas para engrosar los fondos para la adquisición del vehículo de referencia, autorizándose a la Alcaldía para que organice una comisión que le de el mayor realce al homenaje que se proyecta rendirle”, según recoge el expediente municipal.

Marcos Brito explica que trabajó en su juventud en los hornos de cal de su familia, en la zona de la playa de la Carnada, en Los Cristianos, donde empezó a nadar “y a ganar en las pruebas de natación celebradas en los festejos del pueblo, a comienzos de la década de los años cuarenta. Fue a partir de su ingreso en el servicio militar, en 1946, cuando tuvo el primer contacto con las piscinas, participando al año siguiente en unos Campeonatos Nacionales, celebrados en Las Palmas”.

Hasta su retirada de la competición en 1958, “y según un resumen que facilitó Jesús Domínguez, destacar que fue 29 veces campeón de España individual y 48 en pruebas por equipos. Se le recuerda sobre todo -añade Marcos Brito- por ser el nadador español con mayor número de título y marcas nacionales”, además de obtener la Medalla de Oro al mérito deportivo de la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes.

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