El Palmetum de Santa Cruz de Tenerife se ha convertido en un lugar idóneo de residencia habitual y de paso e invernada de aves migratorias que lo escogen para descansar, alimentarse y recuperar fuerzas durante sus largos recorridos, registrándose hasta la fecha una lista que ronda las 90 especies en total, entre migradoras y nidificantes.
En el marco de la línea de colaboración establecida entre Fundación Cepsa y el Palmetum, este año se ha continuado con el seguimiento regular de la avifauna de este jardín botánico, con censos quincenales de aves a cargo de la delegación canaria de la Sociedad Española de Ornitología SEO/BirdLife. Este estudio y seguimiento de aves tiene, entre otros, el objetivo de establecer indicadores del estado de conservación de la biodiversidad.
El muestreo periódico permite ir actualizando el inventario de aves observadas en dicho enclave de la capital, proporcionando una información de gran valor, ya que las aves contribuyen significativamente a la biodiversidad, desempeñando un rol clave en los ecosistemas.
Su estudio proporciona datos sobre la salud y el estado de este hábitat, y, además de aumentar el volumen de información ornitológica del parque, este seguimiento continuo permite valorar mejor el previsible impacto que pueden tener sobre las aves las labores de podas y desbroces realizadas, así como las obras de mejora o las nuevas construcciones, etcétera.
En los avances del estudio que cada año elabora SEO/BirdLife para este espacio, se refleja que en el último período de migración primaveral se vieron las especies típicas de paso, como golondrinas o papamoscas, y algunas otras como el bisbita arbóreo y el alcaudón común. Estos últimos efectuaron una parada en el Palmetum en su migración desde los cuarteles de invernada al sur del Sáhara hacia las zonas de cría euroasiáticas.
Asimismo, se detectaron otras aves migratorias por vez primera en este entorno, como la cigüeña blanca (un ejemplar, en abril). En los meses estivales, se puso de manifiesto la importancia de este jardín para las aves locales, al servirles de refugio y para la toma de agua, acogiendo bandadas de canarios y gorriones, entre otras especies.
Aparte de servir como bebedero a todas las aves que visitan a diario el enclave, los lagos del Palmetum siguen acogiendo una población relevante de gallinetas de agua, junto con unas pocas garzas reales, martinetes y garcetas comunes y otras como la lechuza común, que ha estado varias semanas en el parque junto con los habituales búhos chicos, o un gavilán común, así como el cernícalo vulgar. Con el otoño llegaron aves de regreso a sus cuarteles de invernada, entre ellas un zorzal común que aprovechó los dátiles de las palmeras, y especies nidificantes, como perdices y canarios, que comenzaron a delimitar sus territorios.