tribuna

El Círculo de los muchos amigos se engrandece con sus distinguidos

Por Ana Lis Pérez.| Cuantos formamos parte de la amplia familia del Círculo de Amistad XII de Enero sabemos que, junto a la indiscutible veteranía de la que en justicia cabe hacer gala -nuestra sociedad inició su actividad en 1855-, podemos señalar sin rubor alguno la innegable contribución que en ese largo periodo hemos hecho a la sociedad tinerfeña, de la que formamos parte y a la que nos debemos, reafirmándolo en el acontecer de cada época con el proverbio “Amor con amor se paga”, que el poeta cubano de origen canario Jose Martí supo destacar con matices teatrales en la obra de igual título.

El Círculo de Amistad XII de Enero dio continuidad a las propuestas e inquietudes asociativas que distinguían a El Recreo y El Progreso/La Aurora, entidades que venían desarrollando su labor en el Santa Cruz decimonónico, periodo en el que la sociedad santacrucera reafirmó su blasón de hidalguía y de soberano liberalismo. Desde entonces y hasta la actualidad nuestra sociedad ha asumido el deber de cultivar el valor de la solidaridad y de la tolerancia, como guías claramente impresos en nuestra línea de actuación, avanzando a la par que lo hace la sociedad en general y respondiendo por ello a los retos que depara el acontecer. Coincidiendo con la fecha que da timbre a nuestra entidad, se ha querido reconocer la labor que han prestado a la sociedad tinerfeña y canaria en general tres personas que sin reparo alguno consideramos merecedoras de recibir el reconocimiento y a las que se les ha otorgado el título de Distinguidos.

El jurado designado para ese fin tuvo a bien concederles tal preciado reconocimiento que les fue entregado en un acto solemne, que tuvo lugar en el Teatro de la Sociedad. Las palabras que se pronuncian en encuentros de esa dimensión suelen quedar presas en el olvido, y por ello me gustaría destacar lo dicho por nuestro presidente Francisco José Perera Molinero, que ahondó en la vinculación del Círculo con la sociedad isleña, recordando por ello al historiador Juan Arencibia de Torres en la publicación que dedicó a nuestra entidad, y la referencia que hizo en particular el primer presidente Cirilo Romero, académico de la Real Academia Canarias de Bellas Artes. Correspondió a la vicepresidenta Ana María Díaz el honor de destacar la valía de los tres distinguidos en su II edición: el excelso notario Alfonso Cavallé, en la modalidad de Derecho; el prestigioso director de orquesta Víctor Pablo Pérez, en la modalidad de Música, y el renombrado periodista Zenaido Hernández, en la modalidad de Periodismo, “reconocimientos que tratan de corresponder tanto a sus dilatadas y relevantes trayectorias profesionales como a la calidad humana que despliegan”.

Los distinguidos expresaron en sus intervenciones el agradecimiento y esbozaron datos de honda significación, que se insertan en sus respectivas trayectorias, sumando a cuantos han estado unidos a su quehacer profesional y humano. El honor, como divisa, se acrecienta cuando en el ámbito social somos capaces de expresarlo a través del comportamiento y la vocación de servicio. Desde nuestra entidad tratamos de corresponder la sociedad en general, alentando un conjunto de acciones que favorecen la convivencia y revitalizan los valores heredados, recuperándolos con mayor esplendor. Ese es nuestro deseo y figura como guía en la actividad cotidiana. La junta directiva del Círculo ha demostrado el deseo de no desfallecer ante los retos, de seguir avanzando para mejorar sus valores humanos, haciéndonos partícipes del pilar de entendimiento que ha de seguir creciendo, desde su raíz solidaria y tolerante.

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