Santa Cruz de Tenerife siempre ha estado vinculada al mar y, por ello, atesora importantes vestigios históricos que no han de quedar en el olvido. Desde la construcción de murallas y fortalezas a lo largo del litoral para defensa de los ataques piratas a lo largo del siglo XVI, hasta los ataques de las tropas inglesas en los siglos XVII y XVIII, a cargo de los almirantes Robert Blake, Juan Gennigs y Horacio Nelson, respectivamente, cuyas derrotas se plasmaron en el escudo de armas de la ciudad con sus tres victoriosas cabezas de león.
Historia para una capital que guarda en las profundidades marinas tesoros en forma de pecios o cañones que protagonizaron batallas o expediciones hacia el Nuevo Mundo y que ahora, siglos después, encontrarán un lugar en el que reunirse gracias a la puesta en marcha del primer Museo Marítimo de la capital, un enclave para el que ya hay proyecto y ubicación, concretamente, en el antiguo almacén Ventoso, edificio emblemático de la reparación y construcción naval del Puerto de Santa Cruz de Tenerife, sitio en la Avenida Francisco La Roche.
Las bases de este futuro museo marítimo tuvieron su origen en mayo de 2023, tras la visita realizada por la Tertulia Amigos del 25 de Julio al Museo Naval en Madrid, un encuentro que ayer fue devuelto por el vicealmirante y director del Instituto de Historia y Cultura Naval, Enrique Torres, quien en compañía del capitán de navío, Juan Escrigas, mantuvieron una reunión en la capital tinerfeña con miembros del Gobierno, Cabildo, Ayuntamiento, Autoridad Portuaria, Comandancia de Marina y de la Tertulia, impulsores de este hito.
Aunque sin fecha para su apertura, el enclave que recopilará la historia naval chicharrera ya cuenta con un proyecto a cargo del arquitecto Rafael Escudero, en el que se contempla la remodelación del edificio Ventoso (antiguo Musa), donde iría la parte histórica. Anexo, se prevé la construcción de un nuevo edificio en el que irían expuestas las piezas. Una infraestructura, con vistas al Puerto, que estaría dotada de espacios verdes y cafeterías.
Así, el museo daría forma a un espacio temático entorno al mundo naval, pues otra de las ideas es reubicar el Correillo La Palma en su anterior ubicación, junto a la estación del Jetfoil, vinculando así este símbolo histórico del mar al edificio, Premio Manuel de Oraá en 1990. Una zona marítima que se fusionaría con el Edificio de los Prácticos, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), y con la escultura de La Gesta, que cambiaría de emplazamiento a la rotonda de entrada al espacio portuario, que hasta el pasado año ocupaba la hélice del barco militar Canarias, retirada por ser símbolo franquista
El vicealmirante, Enrique Torres, abogó por impulsar este museo, comprometiéndose a dotarlo de piezas, con el objetivo de que sea “más histórico que artístico, y en el que los jóvenes sean conocedores de la importante vinculación de Santa Cruz con el mar”. Por su parte, el director de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Clavijo, subrayó que en este enclave se recuperarán los tesoros navales, mientras que el consejero insular de Cultura, José Carlos Acha, mostró la disponibilidad del Cabildo para iniciar los trámites.
El alcalde capitalino, José Manuel Bermúdez, aplaudió la iniciativa que dotará a la capital de un espacio para la memoria histórica vinculada al mar, y el presidente de la Autoridad Portuaria, Pedro Suárez, se comprometió a ceder usos portuarios para la puesta en marcha del futuro museo. Un enclave que para el presidente de la Tertulia, Luis García, “es necesario para preservar la historia de la ciudad”.