entrevista

“La Palma tiene opciones de acoger el TMT, debemos tener los permisos al día y promover su cielo en EE.UU.”

Valentín Martínez Pillet, director del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC)
Valentín Martínez Pillet, director del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Fran Pallero/DA

La elección del físico solar Valentín Martínez Pillet (1964) como nuevo director del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) fue bien recibida por sus compañeros. Con más de 26 años en el IAC, donde llegó en 1987, en los últimos 10 años ha dirigido el Observatorio Solar de Estados Unidos. Pese a su marcha a Colorado, Martínez no ha perdido su vinculación con Tenerife, donde es su casa, sus hijos nacieron aquí, sigue su actualidad a través del digital de DIARIO DE AVISOS, y se jubilará para atender sus viñedos en Fasnia. Antes de incorporarse en julio al reto más importantes de su carrera desgrana sus principales objetivos que pasan por renovar el Gran Telescopio de Canarias, impulsar el Telescopio Solar Europeo o promover los cielos canarios en los Estados Unidos donde, con sus contactos, intentará traerse el TMT para La Palma.
-¿Cómo asume su nombramiento como director del Instituto de Astrofísica de Canarias?
“Es un reto y un honor ser el tercer director del IAC tras el fundador Francisco Sánchez, con el que me formé, tengo el placer de conocer y que creó todo lo que hoy es la astrofísica en Canarias, una referencia internacional, y además de coger el testigo de Rafael Rebolo que me ha dejado el listón muy alto. Cuando salió la oportunidad y me animaron a presentarme. El Instituto de Astrofísica de Canarias es mi alma mater. Es donde me he formado y empecé a trabajar en 1987, salvo dos años de postdoc en EE.UU., y estos diez últimos años en Colorado. Iba regresar este año en cualquier caso. Venía de ser director de un centro en Estados Unidos, más pequeño, de 150 personas, y con la experiencia de gestión llego con la idea de ayudar al Astrofísico. La comisión asesora de investigación eligió una terna de tres candidatos que presentó al Consejo Rector y este me ofreció el puesto. Eran las 5 de la mañana en Colorado (EE.UU.) cuando me llamó la Ministra Diana Morant y el Presidente de Canarias, Fernando Clavijo, y me ofrecieron el puesto. Lo acepté gustosamente y con mucha ilusión”.
-¿Cómo nació su vocación por la Astrofísica y llegó al IAC?
“En los años 80 yo empecé a hacer ciencias Físicas, quería hacer Astrofísica y en aquel entonces solo se podía hacer en Madrid, Barcelona o La Laguna. En Valencia me dijeron que valorara entre una Astrofísica más teórica y desconectada del mundo real, o venir a Canarias donde se estaba creando algo nuevo, con incipientes telescopios y una comunidad científica internacional que estaba dando oportunidades a la gente joven. No me lo pensé, me vine a Tenerife en 1987. Lo más importante es reconocer que lo que creó aquí Francisco Sánchez, el director-fundador del IAC, es una historia de éxito que hay que seguir contándola, recordándola y presentándola en foros internacionales. La Astrofísica en Canarias no es solo una cuestión de los extranjeros que vinieron y plantaron sus telescopios, sino que los jóvenes tuvimos la oportunidad de formarnos y ahora mismo allá donde vayas encontrarás a alguien que ha estudiado en La Laguna o trabajado en el IAC”.
-El pilar de la Astrofísica mundial está en Hawái, Canarias y Chile, un país que no aprovechó la oportunidad para crear un ecosistema científico.
“Es cierto, en Chile no se ha formado a la gente joven y los astrofísicos chilenos son muy escasos, nada comparable a lo que se hizo aquí. Inicialmente perdió la oportunidad pero están a tiempo de rectificar tomando como ejemplo el IAC, tanto en la formación de jóvenes como la protección de los cielos, que en Canarias se hizo desde el primer momento. Canarias es un ejemplo de lo que hay que hacer. Chile tiene la suerte de que está en el hemisferio sur, que es muy importante para la Astrofísica porque se ve mejor el centro de la galaxia y una serie de objetos como las Nubes de Magallanes, lo que les favorece y hace que haya mucho interés en instalar telescopios allí. El caso de Hawái es distinto, es un estado de los Estados Unidos y está la Universidad con sus altos niveles de formación. Como Canarias es un archipiélago volcánico, también hay dos islas que tienen Observatorios -Manua Kea (Hawái) y Haleakala (Maui)-, hay mucho turismo y la Astrofísica es una alternativa en su economía”.
-¿Qué trabajo ha desarrollado en esta década como director del Observatorio Solar Nacional de Estados Unidos (NSO)?
“Me fui a dirigir el NSO porque estaba construyendo el Daniel K. Inouye Solar Telescope (DKIST), el mayor telescopio solar del mundo. Soy un físico solar, me dedico a estudiar el sol, y era una oportunidad inigualable, aunque la mayor concentración de telescopios solares está en Tenerife y hay un grupo muy fuerte de física solar en el IAC. En EE.UU. se había dejado un poco de lado hasta que surgió la posibilidad de construir el DKIST. Cuando llegué comenzamos la fase de construcción y el inicio de sus operaciones. Es un telescopio de cuatro metros apuntando al Sol, y lo primero que tenemos que tener al lado es el sistema de refrigeración y poder controlar todo el calor que ese telescopio está recogiendo. En 1987 en Canarias el telescopio más grande que teníamos era el William Herschel en La Palma, de 4,2 metros”.
-Estados Unidos está impulsando dos grandes telescopios, uno para Chile y el otro para Hawái y que podría llegar a La Palma, debido a los problemas con la comunidad nativa. ¿Qué noticias tiene del TMT?
“Como ha dicho el GMT va a Chile, y allí tendría como compañero el ELT del Observatorio del Sur Europeo. Por su parte, el Consorcio del TMT decidió construirlo en el Hemisferio Norte, y el sitio preferente es el Manua Kea, pero la segunda mejor ubicación es La Palma. El problema real de ambos proyectos es que les hacen falta mil millones de dólares a cada uno, y lo que están haciendo para recaudar ese dinero es acudir a la NSF, la fundación científica nacional de EE.UU. para conseguirlo. Ahora mismo están promoviendo ambos proyectos universidades privadas y la comunidad astronómica estadounidense no tendría acceso a los mismos a no ser que hubiera dinero público. Si lograran la financiación lo siguiente sería la construcción. El TMT ni siguiera podría comenzar porque no tiene los permisos y deben dialogar con la comunidad nativa. Estos problemas y complejidades hacen que La Palma todavía tenga opciones. Si logramos el TMT en el mejor de los casos vería su primera luz será en 2035. Lo fundamental es que todos los permisos para la construcción del TMT estén al día y disponibles, y eso es lo que ha hecho Rafael Rebolo. En segundo lugar, y será mi trabajo, habrá que promover los cielos canarios en los Estados Unidos donde, pese a que se conocen, su primera opción es Hawái y la segunda referencia es Chile. Hay que hacer un esfuerzo en resaltar la calidad de los cielos canarios para la Astrofísica y toda la infraestructura y servicios que tenemos. Otra ventaja de la observación de Canarias es su ubicación cercana al Ecuador que nos da una ventaja”.
-¿Qué otros objetivos se plantea a medio o largo plazo?
“Entre los objetivos prioritarios está hacer un esfuerzo en renovar la instrumentación y la óptica adaptativa del Gran Telescopio de Canarias, una óptica que corrige los errores de la atmósfera terrestre (el efecto de la turbulencia en la luz y hace como si estuviera en el espacio) para mejorar su calidad. Luego está el proyecto del Telescopio Solar Europeo (EST) de 4 metros, uno de los proyectos en los que mucha gente del IAC ha puesto mucho esfuerzo. Hay que consolidar el Consorcio Europeo que lo construirá y ya he hablado con mis compañeros del grupo de física solar del IAC para hacerlo. Otro objetivo como comenté es aprovechar mis contactos para dar conocer los cielos canarios e insistir en nuestros beneficios. Luego tengo como propósito consolidar a medio y largo plazo del IACTEC una serie de líneas y proyectos tecnológicos, con una componente muy interesante de colaboración y transferencia de conocimiento con la sociedad canaria, incluido tanto la ULL como la ULPGC. Me parecen muy interesantes algunos de sus proyectos, que conoceré mejor en próximas reuniones, como la experiencia de las cámaras drago, el satélite Alisio que nos está mostrando imágenes muy buenas del Archipiélago y del Planeta que nos permiten conocer cuál es su estado hídrico, de forestación, el seguimiento de incendios, etc. Me gustaría conocer en profundidad los proyectos del IACTEC y, a través de sus equipos, ver cómo podemos liderar o apoyar con nuestras capacidades tecnológicas y conocimiento científico e ingeniero el I+D+i de las islas y poner toda nuestra experiencia al servicio de la sociedad y los intereses canarios. Son nuevas áreas que complementarían a la Astrofísica, que sigue siendo nuestra prioridad, pero que nos permitirían potenciar el conocimiento y ofrecer puestos de trabajo muy cualificados. También tengo como reto divulgar y publicitar mejor todo el trabajo que se hace en el IAC”.
-Las cámaras Drago o el satélite Alisio parecen los pasos previos para impulsar un futuro telescopio espacial del IAC. ¿Es mejor un telescopio espacial o uno terrestre?
“Son complementarios y cada uno tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Es cierto que ahora mismo la astronomía desde la Tierra está teniendo cada vez más problemas con la gran cantidad de satélites y basura espacial que hay. Precisamente desde el Teide el IAC se dedica a localizar y hacer un seguimiento de esa basura espacial. En el caso de Starlink (Elon Must) está colaborando con la astrofísica y pintarán sus nuevos satélites con unos materiales que no impacten tanto a la observación, pero hay satélites de decenas de países y esto irá a más. La flexibilidad de poner un instrumento nuevo y reparar si se ha roto es algo que siempre favorecerá a los Observatorios terrestres. En el caso de los telescopios espaciales, yo trabajo para la fundación que gestiona el James Web que trabaja en infrarrojo estamos hablando de diez mil millones de dólares, y el siguiente proyecto Habitable Worlds Telescope (Mundos habitables) para caracterizar exoplanetas que podría detectar vida de algún tipo, será más grande y trabajará en visible y ultravioleta, pero se habla de un coste de quince mil millones. A la pregunta de si puede el IAC hacer un telescopio espacial, creo que podemos hacerlo perfectamente al mismo nivel con unos Cube Sat similares a los que hemos lanzado recientemente, porque ya hay Cube Sat que realizan astrofísica competitiva. Y creo que a largo plazo podríamos utilizar nuestras ventajas competitivas para diseñar unos instrumentos más grandes”.
-Hay muchos desafíos en Astrofísica, pero quizás destacan el estudio del Sol, los exoplanetas y la posible vida extraterrestre o la detección de objetos potencialmente peligrosos.
“Son tres áreas de investigación que se realizan en el IAC. En la física solar, que es mi especialidad, está claro que el Sol tiene una influencia en nuestra sociedad. Debemos poder predecir las tormentas magnéticas solares para mitigar los problemas que tendrían los satélites y que se verían afectadas la conectividad (comunicaciones o GPS), incluso en la economía (transacciones bancarias) o la producción o conducción de energía, que podría sufrir sobrecargas o cortocircuitos. En relación al descubrimiento de exoplanetas, cuando voy a los Congresos donde hay más gente joven es en el área de exoplanetas. Todos tenemos curiosidad y queremos saber si ahí fuera hay algún planeta que reúne las condiciones para la vida (moléculas, bacterias… o incluso vida inteligente). Y en la detección temprana de asteroides, en el IAC hay expertos como Javier Licandro. Siempre que habla del tema le digo que antes de que colisione un objeto nos llegará una llamarada solar. Cada grupo barremos para casa (Ríe)”.

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