La cooperativa ganadera y agrícola La Candelaria, que impulsó hasta convertirla en un referente el recordado Pedro Molina, tiene “presente y futuro”. Así se pronuncia, en declaraciones a DIARIO DE AVISOS, su actual presidenta, Candelaria Rodríguez. Eso sí, todo pasa por la venta de sus célebres instalaciones en la zona lagunera de San Benito, tasadas en 3,6 millones de euros y con las que la entidad pretende cubrir la deuda de 1,9 millones que aún arrastra desde el cierre del ejercicio de 2013.
Por la Ley de Cooperativas y la decisión adoptada en su momento por la junta de socios y ratificada en la asamblea general ordinaria del 30 de junio de 2023, esa deuda han de asumirla los cooperativistas en función de su participación porque ha vencido ya el margen de aplazamientos.
El agujero de ese 2013 alcanzó los 2,5 millones de euros. Hasta ahora, y según los datos aportados por Rodríguez a este periódico, se ha amortizado unos 600.000 euros mediante los ingresos y márgenes logrados en los últimos años, pero quedan 1,9 millones y la única salida viable para garantizar el futuro y que esta cantidad no tengan que cubrirla los socios es la venta de las instalaciones en San Benito, donde, entre otras, se ubica el mercado de productos agrícolas y ganaderos de la entidad.
Aunque Rodríguez no suelta prenda y opta por el silencio (ni niega ni confirma), la opción de compa más sólida, según otras fuentes, es la del Ayuntamiento de La Laguna, al que la cooperativa le ha presentado ya la tasación que elaboró de estas dependencias en San Benito.
La presidenta sí admite que cuentan con varias alternativas para la operación, tanto públicas como privadas, porque la sede se ubica en un lugar pujante y ofrece muchas posibilidades. Sin embargo, cobra fuerza la posibilidad de que el comprador sea el consistorio, que contempla desde hace años la opción de habilitar un aparcamiento (muy demandado y necesario) en este enclave y un área verde en una zona estratégica, muy cerca (casi enfrente) de la ermita de San Benito. Las fuentes, además, no descartan que haya otras administraciones que colaboren en la operación con aportaciones económicas, aunque las gestiones iniciales se han dirigido solo al ayuntamiento.
El gobierno local, por el contrario, se limita a indicar que, hasta ahora, el consistorio “únicamente ha recibido una propuesta por parte de la Cooperativa La Candelaria para la tasación de la parcela, que es la que se está estudiando desde el área de Hacienda y Patrimonio”.
Frente a muchos rumores y hasta temores de cierre, Candelaria Rodríguez garantiza el presente y futuro de la cooperativa con esta operación de venta. Por supuesto, no niega que, “como toda la agricultura y ganadería de las Islas”, lo han pasado mal en los últimos años, si bien subraya que el plan de recuperación que desarrollan desde hace más de un año “está dando frutos y, de hecho, la leche de caprino, por ejemplo, se ha triplicado” en este tiempo.
Niega, asimismo, que no estén adquiriendo carne y recalca que, si se cierra la venta de la sede en San Benito, la intención pasa por reubicarse en la zona lagunera de Rodeo Alto, donde La Candelaria posee ahora dos naves (para refrigerio, almacenamiento de quesos y otros usos), así como 5.000 metros cuadrados de terreno. Y lo harían, además, con todo el personal con el que cuentan ahora, con proyectos de diversificación y hasta posibles nuevas dependencias en otros municipios, según las previsiones de la presidenta.
No obstante, la intención pasa por mantener la carnicería que ahora ofertan en San Benito en otro inmueble de este núcleo o cercanos para no distanciarse de los clientes habituales y seguir en el casco de Aguere.
Escepticismo y críticas de ganaderos socios
El optimismo de Rodríguez, en cambio, contrasta con el escepticismo y la visión crítica de algunos socios, que no creen que la operación de venta de la sede actual, que consideran imprescindible, se cierre por esos 3,6 millones de la tasación y que dudan de los plazos. Es el caso, por ejemplo, de Avelino Farrais, quien, aunque lamenta que Rodríguez “tenga que comerse como presidenta este marrón heredado”, asegura que todo se debe a una mala gestión en el pasado que, a su juicio, no deberían asumir los socios.
Este ganadero, como otros, ha recibido una carta desde la asamblea de junio de 2023 en la que se le reclama “más de 5.000 euros” por esa deuda global de 1,9 millones. Según recalca, “ojalá salga la venta para que no tengamos que pagarlo nosotros, pero no lo veo claro y conozco casos a los que se les pide 60.000, 80.000 y hasta 150.000 euros. Algunos me han dicho, incluso, que, si tienen que pagar esto, se ahorcan”.