Un terremoto de magnitud 4,8 en la escala de Richter ha sacudido una larga franja desde Nueva York hasta la capital de los Estados Unidos, Washington, pasando por Filadelfia, generando una alta preocupación en la región. El epicentro del evento sísmico se ubicó en el pueblo de Lebanon, en el estado de Nueva Jersey, aproximadamente a una hora de distancia desde el centro de Manhattan.
Hasta el momento, las autoridades de Nueva York, Nueva Jersey y Pensilvania, los tres estados más afectados, no han reportado daños significativos en personas o infraestructura, aunque se requiere más tiempo para realizar una evaluación exhaustiva. Los equipos de emergencia están en alerta y los sistemas de transporte aéreo, ferroviario y terrestre continúan operando sin interrupciones.
Los geólogos han señalado que, a pesar de su moderada magnitud, el terremoto fue superficial, lo que provocó que se sintiera con intensidad en la superficie. Este fenómeno ha causado sorpresa en la región, conocida por tener una actividad sísmica limitada. No obstante, cabe recordar que en 2015, un sismo de magnitud 5,8 sacudió Washington, ocasionando daños en algunos edificios emblemáticos, incluyendo el obelisco del Mall, el parque central que alberga la Casa Blanca, el Capitolio y numerosos museos gubernamentales. Recientemente, el martes pasado, otro sismo de magnitud 3,1 afectó la misma área, aunque pasó desapercibido para la mayoría de los residentes.