Un hombre ha aceptado este lunes cumplir una pena de dos años y medio de cárcel , pagar 10.000 euros y ser expulsado de España durante cinco años cuando cumpla dos tercios de la pena por un intento de homicidio.
La fecha de expulsión es difícil de concretar dado que tiene causas pendientes y condenas firmes por delitos como robos, violencia de género y quebrantamiento de órdenes de alejamiento, por lo que en la actualidad se encuentra interno en Tenerife II desde hace ya seis meses.
La condena fue aceptada de conformidad en un juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, entre la defensa del acusado y la Fiscalía que en principio pedía tres años y medio de cárcel, aunque finalmente accedió a rebajarla al tener en cuenta el atenuante de dilaciones indebidas.
El procesado acepta que inició una discusión con otra persona en una avenida del centro de Santa Cruz y en el transcurso de la misma le propinó un puñetazo en la cara lo que dio lugar a que cayera al suelo donde pese a estar indefenso, siguió propinándole patadas en la cabeza y resto del cuerpo.
Una mujer pudo socorrerle, detener el ataque y llamar a los sanitarios, y las lesiones provocaron una dificultad respiratoria que hizo necesario un tratamiento urgente, por lo que fue ingresado en la UVI y ser sometido a ventilación mecánica.
Los facultativos subrayan que de no haber recibido atención de forma inmediata podría haber llegado a causar incluso su fallecimiento, según el informe médico
El condenado acepta pagar los gastos médicos dado que a consecuencia de la agresión el hombre sufrió traumatismo cráneo-facial con rotura del tabique y raíz nasal y los golpes en los ojos causaron fractura de la órbita incluida y una esquina ósea de casi 8 milímetros en la región frontal derecha de la cara.
Estas heridas requirieron una primera asistencia sanitaria y un tratamiento que se alargó durante dos meses de los que en 23 no pudo realizar sus tareas habituales, permaneció hospitalizado seis días y tres estuvo en la UVI.
Entre los tratamientos a los que debió someterse el afectado está una osteosíntesis, o cirugía reconstructiva para estabilizar y unir los extremos de un hueso roto tras la fractura en la nariz, para lo que requirió que se le implantara el material sanitario adecuado.
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