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El deporte tinerfeño llora la muerte de Ramón Moliné, leyenda del baloncesto en la Isla

El exjugador ha fallecido a los 78 años

Luto en el mundo del deporte canario que hoy llora la muerte de Ramón Moliné Robert, leyenda del baloncesto en Tenerife, a los 78 años.

Nacido en Blanes, Girona, en 1945, el exjugador comenzó su carrera en el baloncesto en las filas del CB Blanes y el UDR Pineda, pero su primer título de Liga llegó con el Joventut de Badalona en la temporada 66-67.

Fue precisamente ese último año cuando el Servicio Militar obligatorio le llevó a mudarse a Tenerife, por lo que el equipo acordó que jugase cedido en el Real Club Náutico. Sin embargo, el traslado temporal se volvió definitivo, pues Ramón Moliné se quedó en la Isla convirtiéndose en un tinerfeño más.

Aquí conoció a su mujer con la que tuvo dos hijas, Ana y Yolanda, jugadora profesional e internacional absoluta con España en 50 ocasiones y actual consejera delegada de Deportes del Cabildo de Tenerife.

Tras 30 años de carrera deportiva y ochos temporadas vistiendo la camiseta del Real Club Náutico en Primera División Nacional (actual ACB), dejó el conjunto tinerfeño en 1975.

El pasado 6 de enero, Ramón Moliné vivió un encuentro especial en el Pabellón Santiago Martín en el que se enfrentaron el Lenovo Tenerife y su Joventut de Badalona.

“Ramón Moliné reunía los 10 valores humanos más importantes: el respeto, la empatía, la responsabilidad, la solidaridad, la voluntad, la honestidad, la compasión, el amor, el perdón y la gratitud, si bien quienes le conocimos desde aquellos partidos memorables en la cancha de La Marea podríamos añadir la tolerancia, la humildad, la sensibilidad… Aquí, en nuestra tierra guanche, resumiríamos estos elogios en una frase: Un puntal y bonachón”, ha escrito Agustín Arias sobre la leyenda de la canasta.

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