Me recomendaron un medicamento que me ha dejado totalmente sonado. Es decir, que cura, pero que tritura. Algo así como matar una pulga con un obús, así que en este momento yo no soy yo, sino otro, y ando más perdido que Mbappé en un hospital de narices. En fin, que como me cure el puto catarro que ya dura dos meses, me lo volveré a tomar, hasta que pueda cantar como un gallo, como antañazo. Yo no sabía que un catarro podía durar tanto, ni tampoco que el ser humano albergara tanta materia dentro del organismo. No hace falta descender a qué tipo de materia. Sólo cuando uno está enfermo valora lo que es la salud. Y las enfermedades de la primavera son un coñazo del tamaño de un portaviones. Espero que el puto catarro me deje tranquilo y que no me sobrevenga otro virus, a fuerza de tanta vacuna. Porque me las he puesto todas, creo que no me he dejado ninguna atrás. Dicen que el covid ha regresado, pero flojito, y yo no he tenido ni covid, ni gripe ni nada, sino un puto catarro que es más molesto todavía y más coñazo de quitar, más incómodo y más desagradable. Hablo con unos y con otros y parece que no soy la excepción, que hay mucho de eso por ahí y hasta el profesor Alarcó me ha quitado ya los polvos que me mandó y que me iban a salir por las orejas. Ya saben qué tipo de polvos, los que me hacen echar el moco. Los otros se quedaron en la noche de los tiempos. En fin, es lo que hay, en este mundo habitado por grandes virus que merman las fuerzas de las personas. Yo he caído, aunque parece que no del todo.
NOTICIAS RELACIONADAS