Al comenzar la tarde de la víspera de la Infraoctava del Corpus Christi o jueves de las alfombras, en La Orotava, ya se respira ambiente de fiesta. El miércoles de la semana grande (este año menos, por el cambio al que obliga las elecciones europeas del baile de mago, subida del santo y romería) se ha convertido en una de las citas obligadas de las Fiestas Patronales villeras junto con la presentación de la cosecha de vinos en la avenida Mercedes Pinto, evento que se consolida cada año y cuyas entradas se agotaron rápidamente una vez más.
Cada vez son más las personas que acuden ese día a admirar “más tranquilas”, sin la aglomeración inevitable de hoy, el magno tapiz de la plaza del Ayuntamiento, confeccionado con arenas volcánicas del Parque Nacional del Teide, a falta de pequeños retoques, como alguna letra, el remate del brezo a su alrededor o detalles casi imperceptibles para el público, pero importantes para el colectivo de alfombristas, que quiere que su obra luzca tal y como estaba planificada.
La cantidad de gente concentrada ayer en las escalinatas y alrededores del consistorio ya presagiaba la importancia de la jornada que se vive hoy. Cortadas al tráfico y con la correspondiente señalización de desvío, las calles del casco se iban atestando de vecinos y turistas, algunos de los cuales ni siquieran conocían la existencia de este arte efímero, ante el que no dejaban de asombrarse.
Desde las cuatro de la tarde, había personas que aguardaban en los balcones de las casas consistoriales para tener una mejor visión y más directa de la alfombra, dirigida por Domingo González Expósito, dedicada este año a las puertas del cielo y que, como siempre, no ha dejado a nadie indiferente.
“Este año es preciosa, los ojos del señor impresionan. Ya el año pasado estaba divina, pese a que había llovido; imagínese este año”, comentó Yoya García, vecina de la Villa, quien acude todos los años el día anterior a ver el mayor tapiz de arte efímero del mundo, tal y como lo reconoció, en 2006, el Libro de los Récords Guinness. Sin embargo, todavía son muchos los turistas que visitan Tenerife y no conocen esta tradición en honor al Corpus Christi, como Lucía Calleja y Alonso Canilla, oriundos de Asturias, quienes ayer la contemplaban absortos. “Nos encanta la Isla, pero esto es impresionante”, confesaron.
Se enteraron de la confección del magno tapiz en la iglesia de Garachico. Allí, un señor les sugirió que fueran a La Orotava a verlo. “Si no es por él, no nos enteramos. En Asturias, se elaboran unas con flores y sal, pero esto es otro nivel”, subrayaron.
Con ellos coincide Mario Sánchez Martínez, de Baza, Granada, quien también visitó por primera vez Tenerife y “cayó por casualidad” a ver la alfombra. “Es preciosa, pero debe ser muy difícil trabajarla. Me gustó mucho y recomendaría verla”.
No fueron los únicos. Vecinos y vecinas del municipio también se quedaron embelesados al contemplarla, como Yoya García: “Este año es hermosa, los ojos del señor impresionan. Ya el año pasado estaba divina, pese a que había llovido”, comentó.
Ausi Pérez y su padre, Ramón Pérez Díaz, acuden cada año. “Me encantó la dureza de las imágenes y cómo lograron darle realismo”, dijo ella. “Está preciosa, como siempre, y cada año nos sorprende”, remató su progenitor.
A Sergio López, un joven veinteañero “medio villero” y residente en Santa Úrsula, le llamó la atención “la parte del medio, en la que predominan los colores más oscuros y las miradas, como tristes”. Se refería al espacio central del cielo, en el que destaca la trinidad formada por dios padre, dios hijo y dios espíritu santo.
Este año, no hubo sorpresas. Tras la retirada, el martes, de la “gran carpa” que cubría la plaza, el buen tiempo acompañó hasta último momento el trabajo de los alfombristas y el magno tapiz pudo disfrutarse con la belleza y majestuosidad de siempre.
Cerca de las siete de la tarde, los integrantes del colectivo Artearena culminaron, con éxito y sin inconvenientes, su confección ante los ojos de un numeroso público que quería inmortalizar con su teléfono móvil Las puertas del cielo. Un cielo de distintos colores y tonalidades custodiado por diferentes ángeles; unos pequeños que juegan y disfrutan como lo hace cualquier niña o niño, y otros grandes, que cuidan y protegen el espacio celestial.
Los colores se trasladarán hoy a las principales calles del casco histórico, que volverán a llenarse de flores y a oler a brezo y retama desde primera hora, cuando familias, grupos de amigos, colectivos y colegios empiecen a elaborar los 35 tapices y corridos que conforman el trayecto por el que discurre la procesión del Santísimo antes de llegar a la plaza del ayuntamiento y poner fin a una de las jornadas más esperadas de las Fiestas Patronales de la Villa.