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Canarias se blinda contra la calima: un nuevo servicio ayudará a la salud de los isleños

Facilitará la detección de componentes perjudiciales y reaccionar ante emergencias debidas a calimas intensas, incendios o erupciones
El municipio de Tenerife que la temperatura mínima más elevada desde que hay datos, según un informe de la Aemet

El Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) acogió ayer la inauguración oficial del Laboratorio de Calidad del Aire de Canarias (AirCanLab), servicio que estudiará la calidad del aire gracias a los datos registrados en todas las Islas, que facilitarán la toma de decisiones en casos de afección a la salud.

El convenio entre el CSIC y el Gobierno de Canarias ha contado con una inversión de 2,6 millones, comenzó a funcionar hace un año y sus ocho trabajadores estudian dos fenómenos que afectan de forma particular a las Islas: las calimas y las partículas que producen los procesos de industrialización del norte de África y que los vientos alisios acercan al Archipiélago.

El AirCanLab permitirá realizar una gestión de la calidad del aire fundamentada en datos y criterios científicos, un aspecto importante ante la futura directiva europea de calidad del aire y la entrada de las zonas urbanas de bajas emisiones.

Además, posibilitará reaccionar ágilmente a situaciones de emergencia por mala calidad del aire como, por ejemplo, los incendios forestales, las calimas anormalmente intensas o las erupciones volcánicas, aparte de determinar el contenido de componentes potencialmente perjudiciales, como metales pesados, hidrocarburos aromáticos policíclicos, etcétera, y aportar datos a los equipos que gestionan estas emergencias.

El responsable de AirCanLab, Sergio Rodríguez, recordó que en Canarias se da una situación muy especial, ya que, “en condiciones normales, tenemos muy buena calidad del aire. Sin embargo, sufrimos episodios de calimas saharianas en los que se registran los niveles de partículas respirables más altos de la UE y no se debe a la contaminación que emitimos”.

Este equipamiento permitirá determinar, en cada una de las muestras, hasta 60 especies químicas, con las que estudiar la composición de la sal marina, la del polvo del Sahara, metales pesados con orígenes diversos, sales procedentes de contaminantes ácidos, carbono elemental (el hollín), carbono orgánico total y una amplia variedad de compuestos orgánicos procedentes de fuentes como coches, barcos, vegetación o incendios, entre otros.

AirCanLab está optimizado para el caso las calimas de polvo sahariano, lo que le confiere características que lo hacen único en Europa, y que será exportable a otras islas de la Macaronesia, además de focalizarse en los aerosoles o partículas respirables por ser el agente con mayor impacto en la calidad del aire. El laboratorio será capaz de determinar “qué proporción de las partículas respirables se debe a las emisiones canarias”, un dato vital en la gestión de calidad del aire y para las zonas de bajas emisiones, “pues ése será el margen de maniobra disponible”.

Los datos sobre composición de las partículas respirables y del polvo sahariano estarán disponibles en acceso abierto y podrán ser usados por médicos e investigadores.

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