La desaladora de Santa Cruz de Tenerife, ubicada en Cueva Bermeja y que entró en funcionamiento en 2001, produce actualmente 28.800 metros cúbicos de agua diarios, lo que se traduce en que el 62% del agua consumida en los hogares de la capital es desalada.
No obstante, y ante la situación de emergencia hídrica que vive la Isla, derivada del cambio climático, el Ayuntamiento capitalino y la Empresa Mixta de Aguas (Emmasa), integrada en el grupo Sacyr, han puesto en marcha trabajos de mejora en esta infraestructura, que ya está cerca de producir 31.000 metros cúbicos de agua al día. No obstante, un nuevo proyecto de crecimiento y remodelación de la planta, que se suscribirá en breve, permitirá alcanzar los 48.000 metros cúbicos diarios a finales de 2026.
Así lo anuncio ayer el concejal de Servicios Públicos, Carlos Tarife, quien explicó que “el proyecto de ampliación de la desaladora de la capital se nos entregará el próximo 31 de agosto. Unas obras que garantizarán una producción de hasta 48.000 metros cúbicos de agua desalada, que se sumarán a las que se están llevando a cabo en el distrito Suroeste”.
El edil añadió que, para este último distrito, la intención pasa por que, a finales de 2025, “llegue agua desalada a más de 50.000 vecinos de esta zona, dando una respuesta sostenible a la gestión del agua residual”.
Se trata de una localización en la que se construirán las estaciones de bombeo de aguas residuales ubicadas en los barrios de Añaza, Acorán y Los Alisios, así como toda la infraestructura y sistemas necesarios para impulsarlas a la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Buenos Aires. Unos trabajos en los que se invertirán 7,17 millones de euros.
Vertido cero
La ejecución de los obras contempladas en el Plan Vertido Cero del municipio incluyen actuaciones en el distrito Suroeste y en zonas de Anaga, como San Andrés y El Suculum, donde se sigue trabajando con distintas actuaciones en Tachero, Añaza, Acorán, Igueste de San Andrés, San Andrés-María Jiménez, además de la obra para ampliar la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Buenos Aires.
Esta medida viene a reforzar el paquete de iniciativas ante la situación de emergencia hídrica en la Isla, por lo que se busca captar las aguas residuales y tratarlas para que sean reutilizadas en el riego de zonas agrícolas, así como en parques y jardines del municipio.
En este sentido, Tarife recordó que, recientemente, el ayuntamiento ha presentado un protocolo de actuación para impulsar el consumo responsable del agua, en el que, según la capacidad de almacenamiento disponible en los depósitos, se actuará en base a tres niveles diferenciados por colores, a modo de semáforo, en el que el verde representará una etapa sin restricciones en el uso del agua y naranja y rojo supondrán una serie de prohibiciones.
“Será el último verano con alguna dificultad en el consumo de agua, pues el próximo año llegará la desalada al último distrito que no la tenía”, subrayó.
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