De pibe, cuando estudiaba en la Universidad de La Laguna, Yaiza, en Lanzarote, acogía el campus de verano de la Institución tinerfeña. Más tarde vino Adeje y la oferta académica del Municipio conejero pasó a mejor vida. Ahora, vueltas que da, la Isla del Fuego recibirá al primer Campus de las Artes de España. Será en 2025 en el municipio de San Bartolomé, localidad pujante que rige con tino y visión su alcalde, Isidro Pérez. Esta buena noticia se confirmó en la presentación del Campus de Arte, Naturaleza y Escultura de Lanzarote que hace una semana celebró su tercera edición en la sede de la Fundación Curbelo Santana.
Alumnado de Bellas Artes y Periodismo de la ULL convivieron en la Residencia creativa para continuar erigiendo un parque escultórico único en el centro de la Isla del Fuego. La nueva escultura (Muéstrame lo que eres) ya acompaña a las dos anteriores: La sombra del soco (2022) y Detrás de los troncos se ven las palmeras (2023).
El Campus de Escultura, dirigido Itahisa Pérez Conesa y este articulista, docentes de Bellas Artes y Periodismo de La Laguna, está coorganizado por la ULL y la Fundación Curbelo Santana, presidida por Paco Curbelo y Rufina Santana, querida pareja de artistas comprometida con la generosidad, el trabajo y la caricia de los sentidos. Colaboró, además, David Vila, profesor de Bellas Artes de la Universidad Miguel Hernández de Elche.
La directora de secretariado de Cátedras Institucionales y de Empresa de la ULL, Marta Domínguez, afirmó en la presentación oficial que «el Campus de Lanzarote es un modelo de éxito para la Universidad». Y dijo bien. En tiempo de miradas cortas, gatillo fácil y prolífica mediocridad, toca encomiar que personas amantes contribuyan en la Academia a la estética del paisaje desde la reflexión y la mejora de competencias.
Enhorabuena al alumnado militante: Bianca González, Lucía González, Demian Hernández, Paola Hernández, Pedro Mesa, Laura Puente, Pierina Rodríguez y Laia Rovira (Bellas Artes), y Laura Artiles, Andrea Delgado y Andrea Fernaud (Periodismo).
Durante el Campus de Escultura el bailarín Javier Ferrer condujo un taller de danza, fruto de la cooperación con el Festival Traslación. Cálamo y mármol. También se impartieron cuatro ponencias a cargo de Rufina Santana, la escultora Lucía Loren y los exprofesores de la Facultad de Bellas Artes de Barcelona Josep Roy y Ventura Valcarce, este último, premio de Arquitectura y Urbanismo Ciudad de Barcelona.
El equipo artístico diseñó la instalación con hierro, piedras colgantes y cable de acero. La idea de la obra nació por la problemática del desplazamiento demográfico. Según la alumna de Bellas Artes Bianca González, “la pieza interpone las dos realidades que se presentan en este fenómeno social: una cruda y otra idílica”. La existencia con sus realidades, temores, cloacas y sueños. El espíritu que prende entre viñedos y arena volcánica. En 1964 una fotografía de La Geria formó parte de la exposición Arquitectura sin arquitectos del MoMA de Nueva York. Sesenta años después la magia continúa amamantando uvas, batatas y quesos de cabra que se mojan en territorio caliente. El sereno de la noche, la mañana temprana, el vuelo del cuervo, el palmeral paciente y las resecas conchas marinas de medianía empujan al rayo de sol. Luego, al caer, hierven fideos costeros, los que guardan unas manos milagrosas de veta y mar.
El horno aquel de piel tostada, arrugas, sombrero y ojos claros descubre la prórroga: las piedras que lo caldearon penderán eternales, desafiantes, del Cielo azul. Bailarán con el viento. A barlovento se navega mejor. Jugamos unas partidas a la bola. Llévenme de vuelta.