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Qué es la difteria, cómo se contagia y cuál es la situación en Canarias

En su forma respiratoria es más grave

La difteria es una enfermedad infecciosa aguda causada por la toxina que produce la bacteria Corynebacterium diphtheriae. Esta afección, que en su variante cutánea suele ser más leve, puede provocar úlceras dolorosas, enrojecimiento e hinchazón en la piel.

En su forma respiratoria, la difteria es más grave, afectando la garganta y las vías respiratorias, y puede causar problemas graves como dificultades para respirar, insuficiencia cardíaca e incluso la muerte si no se trata a tiempo.

La transmisión de la difteria se produce principalmente por el contacto con gotas respiratorias de personas infectadas o portadoras asintomáticas de la bacteria. También puede transmitirse a través de animales domésticos como perros y gatos portadores de cepas toxigénicas de Corynebacterium ulcerans, así como ganado bovino, que representa el reservorio más común de esta cepa.

Casos de difteria

Gracias a los altos índices de vacunación infantil, la difteria es una enfermedad rara en España. Durante el año 2023, el Ministerio de Sanidad notificó solo dos casos: un hombre de 55 años en la Comunidad Valenciana y una mujer de 72 años en Galicia.

El último caso fatal registrado en el país ocurrió en 2015, cuando un niño de 6 años no vacunado falleció en Olot (Girona).

En Canarias, no se han reportado casos recientes de difteria, debido a que la cobertura vacunal contra esta enfermedad ha sido históricamente alta.

Según los datos del Servicio Canario de Salud, la tasa de vacunación infantil contra la difteria, el tétanos y la tosferina (DTP) alcanzó un 93,18 % en menores de doce meses en 2023. Este nivel de inmunización ha sido clave para mantener la difteria como una enfermedad prácticamente erradicada en la región.

Vacuna contra la difteria

En Canarias, el calendario vacunal establece la administración de la vacuna combinada contra la difteria, tétanos y tosferina a los 2, 4 y 11 meses, con refuerzos a los 6 y 14 años. Para los adultos mayores de 14 años que no hayan sido correctamente vacunados durante la infancia, se recomienda la inmunización. Además, se incluye un refuerzo de la vacuna para las personas mayores de 65 años que fueron vacunadas previamente.

La vacuna DTP ha sido fundamental para reducir drásticamente los casos de difteria en todo el país, convirtiendo esta enfermedad en una rareza. Sin embargo, aunque la vacunación protege contra la infección, no elimina completamente la posibilidad de que una persona vacunada se convierta en portadora asintomática de la bacteria. Por ello, la vigilancia epidemiológica sigue siendo crucial para evitar la reaparición de brotes, especialmente en personas no vacunadas.

Este control de la enfermedad es un logro compartido por las comunidades autónomas, donde el mantenimiento de altas tasas de vacunación ha sido clave para evitar que la difteria vuelva a ser una amenaza significativa.

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