El 31 de octubre será una fecha inolvidable para la familia Pezzolesi. Mientras otras celebraban Halloween, ellos, por su parte, vivían una emoción completamente distinta: el debut simultáneo como titulares de los hermanos Matías y Valentín en la Copa del Rey. Matías, de 21 años, defendió los colores del CD Tenerife, y Valentín, de 17, se estrenó con la UD Las Palmas. Ambos jugaron los 90 minutos; Matías incluso completó los 120 tras una intensa prórroga ante el Alfaro. Fue un momento lleno de emoción, fruto de años de sacrificios familiares y sueños compartidos.
La historia de los Pezzolesi está marcada por el esfuerzo y la dedicación. Sus padres, Fernando y Natalia, emigraron desde Argentina a Canarias en busca de un mejor futuro para su familia. El fútbol corre en sus venas y nada es casualidad, ya que el abuelo paterno de Matías y Valentín jugó en Boca Juniors en los años 50. Tras emigrar a Europa, probó suerte una temporada en el Pisa de Italia. Conociendo un solo pasaje de esta historia familiar, se comprende la conexión de los Pezzolesi con este deporte.
Desde pequeños, Matías y Valentín demostraron su amor por el fútbol. A los seis años, Valentín ya sorprendía en los polideportivos en Argentina, robando el balón y jugando con jugadores mayores que él. “Siempre les dije que trataran de jugar con gente de más edad. Eso les haría mejores futbolistas”, comenta su padre. Matías creció aprendiendo de su hermano mayor, Agustín, quien se formó en el CD Marino y a quien su padre considera “el más fino” de los tres hermanos. Fernando explica que “Matías aprendió mucho de Agustín, y Valentín, como una esponja, absorbió lo mejor de sus hermanos”, ahondado en que el menor, es el más completo futbolista de esta trilogía.
El camino de Matías no fue fácil. Empezó dando sus primera patadas al balón en el CD Marino, luego pasó al Águilas de Adeje y, finalmente, la UD Las Palmas lo fichó. “A pesar de estar enfermo en un partido contra el Marino, llamó la atención de Jony Vega, captador de talento en aquel momento de la UD Las Palmas, quien llevaba tiempo siguiéndolo”, relata su madre.
En sus tres años en la UD, Matías quemó etapas en todas las instancias juveniles del club amarillo, ganando campeonatos de liga y jugando la Copa del Rey juvenil, uno de los torneos más prestigiosos de nuestro país en la etapa formativa. Finalmente, el Deportivo de La Coruña los eliminó en penales, quedando los coruñeses como campeones de dicho torneo y capitaneados por un sensacional Yeremay, la nueva estrella joven canaria que está brillando actualmente en La Liga Hypermotion.
Tras abandonar el conjunto canarión, continuó su carrera en el Buzanada, donde logró ascender a Tercera RFEF. Su esfuerzo fue recompensado con su fichaje por el CD Tenerife, donde ha tenido una destacada trayectoria en el filial, ascendiendo a Segunda RFEF la pasada temporada.
Valentín, por su parte, inició en la escuela de fútbol de Adeje y en Alevines fue fichado por el CD Tenerife. Sin embargo, los largos viajes entre el sur de la Isla, donde residía junto a sus padres, y la sede de entrenamiento del equipo blanquiazul, lo agotaron, y ante la falta de gestos del club tinerfeño por ofrecerle una residencia cercana, optó por cambiar de equipo. Una vez más, Jony Vega apareció en el camino de los Pezzolesi y de nuevo, obró el fichaje por la UD Las Palmas. Dichoso el destino. Actualmente, el hijo menor cuenta con el cartel de titular en la banda derecha del segundo equipo y además, se encuentra en “dinámica del primer equipo”. “Es más pícaro y espabilado para su edad, mientras que Matías destaca por su entrega y esfuerzo”, comparan sus padres.
Debut soñado
El día del debut fue un torbellino de emociones en la casa de los Pezzolesi. “No supimos del debut de Matías hasta horas antes. Por parte de Valentín, ya lo sabíamos desde el día anterior”, cuenta Fernando. La familia se reunió a las 20:00 horas de la tarde frente a una televisión y una tablet para ver el debut, a la vez, de sus dos hijos. No todos los días se puede contar eso. Natalia, nerviosa, no dejaba de moverse: “Me dolió el estómago todo el día”, dice. Mientras tanto, Fernando se encomendaba a una medalla serigrafiada con una imagen de sus padres, rezando y clamando por el éxito de sus hijos. “Mi viejo, si estuviera aquí, estaría loco”, confiesa con emoción.
El debut acabó felizmente: Valentín llegó incluso a asistir en el sexto gol de su equipo, mientras Matías se entregó hasta el último minuto de una prórroga agotadora e infinita (con apagón de luces incluido). “Yo solo quería que hicieran el menor número de fallos”, recuerda su padre, aliviado. Ambos progenitores saben que sus hijos aún tienen mucho que aprender. “Esto es solo el comienzo. El objetivo es consolidarse como futbolistas profesionales”, afirma Natalia con humildad.
Cabe recordar que ambos hermanos podrían ser convocados por tres selecciones nacionales: España, Italia y Argentina, aunque ambos expresan su deseo de vestir la camiseta albiceleste. Por su parte, Valentín ya ha captado la atención de la AFA, quien incluso ha consultado sobre su posible incorporación a sus categorías inferiores.
A pesar de la rivalidad entre sus equipos, los hermanos celebran los logros del otro, demostrando que el fútbol, en la casa de los Pezzolesi, es una cuestión de sangre. Dos hermanos unidos, pero destinados a defender los colores del Tenerife y Las Palmas en medio de la vorágine de una rivalidad histórica. “Son como los hermanos Milito, uno en Independiente y el otro en Racing”, concluye Fernando.