La presidenta de la Comisión Europea se hizo en Montevideo una bonita foto con los cuatro presidentes de los países que componen Mercosur: Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. Han pasado 25 años de negociaciones, aunque aún que nada más y nada menos que el compromiso de todos los países que componen la Unión Europea, el visto bueno del Parlamento europeo y el de todos los países sudamericanos concernidos para que este acuerdo llegue al punto final. Son 700 millones de personas que en teoría se beneficiarán de una reducción de aranceles y parece que de nuevas normas medioambientales y de propiedad intelectual. Ya ha conseguido el desacuerdo frontal de Francia y de otros países europeos, así como del sector agrícola que ve cómo las duras normas impuestas por la UE les pueden dejar en desventaja frente a los países que conforman Mercosur. La batalla que, como digo dura ya 25 años, no ha terminado ni mucho menos. Habrá que escuchar a todos y no será tan rápida y lucida como la foto de Von der Leyen, Milei, Lacalle, Lula y Peña dejan ver. Es cierto que el año pasado la UE fue el segundo mayor socio comercial de Mercosur por delante de Estados Unidos y China. También que la llegada de Trump a la casa Blanca puede traer de nuevo aranceles para muchos productos europeos y que China va a por todas en Europa. La última tiene que ver con las baterías para coches eléctricos. Sin embargo, queda mucho trabajo por hacer para que este acuerdo sellado con una sonrisa y un apretón de manos acabe bien y pronto.
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