Por Carlos Acosta García.| En 1947, estudiaba yo bachillerato en el instituto de La Laguna y en una de las reuniones de amigos dije, no sé por qué, “traje nuevo, mancha segura”. Nada más oírme, uno de mis amigos me preguntó: “¿Eres lector de Ramón Gómez de la Serna?” Como yo no tenía ni la más ligera idea de tal señor, me dirigí a una de las librerías laguneras y adquirí un libro de la Colección Austral, editora de varias obras del escritor citado. En el prólogo del libro, escrito por el propio Ramón, se me dieron a conocer datos de su biografía, al tiempo que se ofrecían varios ejemplos de sus famosas greguerías. Además, afirmaba don Ramón que era él quien había creado, con solo 19 años, el mencionado género literario. Tal afirmación fue creída por muchos, muchísimos lectores, pero en el prólogo del libro mencionado se cita a Eugenio D´Ors, Jacinto Miquelarena, Noel Clarasó, Jardiel Poncela… como imitadores suyos.. Pero hay aún detalles que se me antojan mucho más graves porque se cita a autores muy antiguos, como Eurípides, Carlomagno, Shakespeare, Quevedo, Góngora, Pascal, Victor Hugo, Verlaine, Chejov, Bernard Shaw… como autores de tales frases. Son graves contradicciones porque si hubo, muchos años atrás, escritores que las utilizaron, ¿cómo se atreve nuestro escritor a hacer tales afirmaciones? Finalizo ya porque no quiero que se diga que ataco cruelmente a don Ramón, al que, dígase lo que se quiera, habrá que admirar porque no sólo nos ofreció sus obras, sino que nos dio a conocer las de otros autores de distintas épocas y distintas procedencias.
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