tribuna

El conde del Palmar

Por Carlos Acosta García.| Ha habido, a través de los siglos, diferentes personajes nacidos en Garachico que dejaron estela de biografías más que brillantes. Nos resulta hoy momento grato poder ocuparnos de don Pedro de Ponte y Llerena, conde del Palmar. Nacido en 1630, había salido de Garachico con sus hermanos don Diego y don Francisco en 1662 para incorporarse al ejército de Extremadura, que entonces mantenía una lucha tenaz contra el vecino Portugal. Nuestro personaje destacó notablemente en la toma de Évora, Entremós, Villaviciosa y Montes Claros, con cuya valiente y meritoria intervención se ganó el aprecio de sus superiores y la admiración de todos. Pasó luego a Flandes, donde asimismo destacó por su extraordinaria valentía, lo que llevó a sus superiores a galardonarlo con sucesivas distinciones, como fueron las de sargento mayor, maestre de campo y gobernador de Gante. En 1671, la reina gobernadora le encargó la organización de un amplio cuerpo de ejército. En 1686, se le premió con el condado de El Palmar. En 1697, obtuvo una de sus distinciones más elevadas, puesto que le fue encomendado un cargo importantísimo: capitán general de Canarias. De tal cargo y ya cansado por tantos menesteres, a cual más difícil de acometer, se retiró don Pedro a su Garachico natal para conseguir un descanso más que merecido. Estábamos ya en 1701, aunque antes, en 1681, se le había designado presidente de la Real Audiencia de Panamá por el rey Carlos II. En distintos momentos de su vida, recibió nuestro personaje diversos honores. Su fama como personaje principal lo acompañó siempre.

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