El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, reconoció ayer que el protocolo de menores migrantes no acompañados aprobado por el Ejecutivo autonómico y anulado por el Tribunal Constitucional era un “golpe sobre la mesa” que permitió mejorar las condiciones de recepción.
En declaraciones a los periodistas durante una visita a El Hierro, Clavijo admitió que no se estaba aplicando porque ya había sido suspendido por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), por lo que el fallo de la corte de garantía “no afecta para nada”, si bien precisó que “se consiguió” que “los niños sean entregados identificados con un número de reseña, con una pulsera y con una fotografía para poder identificarlos”, en base a los protocolos internacionales del menor.
Clavijo apoyó la decisión del Parlamento canario de solicitar la construcción de un hospital de emergencias en El Hierro para atender a los migrantes, pues hay mucha “preocupación” de cara a este verano con la celebración de la Bajada de la Virgen de los Reyes tras ocho años. En tal sentido, advirtió de que la situación llegaría a ser “insostenible” si hay un repunte en la llegada de cayucos en el primer fin de semana de julio porque puede “comprometer” el transporte, la logística y la atención sanitaria en la Isla.
La consejera de Bienestar Social, Igualdad, Juventud, Infancia y Familias, Candelaria Delgado, dijo que la anulación no guarda relación directa con la distribución extraordinaria: “Ya entendíamos que podía ir por ahí la cuestión cuando se tomó la medida cautelar”. Los servicios jurídicos analizan el fondo del documento, porque “el recurso se estima parcialmente”.