Hoy no he querido coger una rabieta, con el objetivo de pasar una semana tranquilo y relajado, pese a las recientes declaraciones del gerente del HUC, Adasat Goya, que señala que “el servicio de Urgencias del Hospital de Canarias está garantizado”. Se nota que el señor no está adscrito a la Sanidad Pública de Canarias, pero sí a la privada. Resulta ser que ahora las carencias y la mala gestión llevada en el Hospital Universitario de Canarias es porque “muchos pacientes que van por el servicio de Urgencias no presentan una emergencia”. Yo le diría a este señor con marca política que hable con los médicos de los centros de salud, que son los que deciden enviar a muchos de sus pacientes por Urgencias.
Bueno, dije que no quería coger nervios y, sin darme cuenta, ya estoy metido otra vez en el potaje sanitario mal llevado por el gerente y la consejera de Sanidad pública de Canarias. Por favor, respeten la dignidad de cientos de pacientes que cada día van al Hospital Universitario de Canarias. De la misma manera, a todas aquellas personas que estamos en la sanidad pública de Canarias. Si ustedes no están preparadas para estar al frente de un proyecto tan importante como es la sanidad pública de Canarias, dedíquense a trabajar en sus respectivas consejerías, bien como funcionarias o laborales.
Repito, una vez más, el Servicio de Urgencias del Hospital de Canarias es la vergüenza de Europa. Un Hospital tercermundista. Hay que tener estómago para decir que el Servicios de Urgencias del Hospital Universitario de Canaria “está garantizado”. El pueblo canario no es tonto y sabe lo que hay. Recientemente, cuando estuve ingresado en los pasillos del Servicio de Urgencias, varios profesionales sanitarios me comentaron lo mal que lo están pasando a la hora de realizar un trabajo más humano y sensible, motivado por la escasez de personal sanitario, reformas arquitectónicas de un hospital viejo y carencias de materias sanitario, como camas, sillas de ruedas y camillas.
Por otro lado, tengo que destacar el gran trabajo que está realizando el personal sanitario del servicio de Urgencias del Hospital Universitario. Una labor sanitaria maravillosa, en la que el esfuerzo humano se multiplica por hacer lo mejor posible el trabajo, pese a las carencias sanitarias de los múltiples problemas que actualmente tiene el citado hospital tercermundista.