tribuna

Munición al enemigo

Jordi Juan, director de La Vanguardia, dice que un fallo como el del contrato de las balas de Israel, perpetrado el Viernes Santo, es darle munición al enemigo. Habría que recordarle a este plumífero que en democracia la oposición no es el enemigo, a menos que quiera entrar en ese juego de polarización tan peligroso donde intentan meternos desde hace un tiempo. Yo tenía depositada la esperanza en que nuestros principios elementales estaban salvaguardados por la ética de la independencia informativa, pero no es así. Ignoro si ésta es una opinión de este señor o es el eco de lo que piensa el conde de Godó, o simplemente se trata de una forma de supervivencia para garantizarse los garbanzos en un medio de comunicación y en una profesión tan maldita como el periodismo, donde las ideologías se ponen en almoneda. La oposición no es el enemigo, salvo que estemos en un sistema autoritario que tiene como objetivo perseguirla y eliminarla. Podría haber dicho que se han pegado un tiro en el pie o que han cometido un serio error político, pero le ha traicionado el subconsciente y ha dicho lo que piensa realmente o lo que cree que debe agradarle a quien lo sustenta. La oposición no es la culpable de las incongruencias que se producen en la coalición de Gobierno, ni de los cambios de opinión, ni de las cesiones ante los chantajes, ni de los intentos de ocultación haciendo públicas las noticias inconvenientes en los días de luto religioso, cuando el país está inmerso en una enorme procesión. Como se trata de balas, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, se habla de entregar munición al enemigo, zanjando el asunto en esa frase, que pretende desautorizar a los fiscalizadores, igual que se hace con los jueces y con los llamados pseudomedios. Al fin, esta transgresión presupuestaria es de sólo 6 millones de euros, nada comparado con los mil que hoy se denuncian en contratos celebrados con Israel desde que se inició la guerra en Gaza. Entonces, no se le estaría dando munición al enemigo, sino un misil con cabeza nuclear. El asunto es que lo de los mil millones ha sido publicado en El País y Yolanda calla, porque su triunfo se fundamenta en parar lo de las balas para la Benemérita. Lo mismo ocurre con IU, que se da por satisfecha con su victoria pírrica mientras se la meten doblada por salva sea la parte. De esto no habla Jordi Juan porque le va el sueldo en ello. Así es la regeneración democrática que se debería acometer y no la de perseguir a los informadores que no sean de la cuerda, como si estuviéramos en una república bananera. El País publica hoy esta noticia, pero hay que estar atentos, porque los ataques de los amigos de Contreras continúan y no pararán hasta hacerse con el Consejo de Administración. A esto es a lo que llamamos democracia, y miembros de la fachosfera a los que no estemos de acuerdo.

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