Reiniciar el teléfono móvil al menos una vez al día puede marcar la diferencia entre tener un dispositivo protegido o uno expuesto a amenazas. Así lo advierten varios expertos en ciberseguridad, que alertan sobre la creciente capacidad de los programas espía para infiltrarse en los teléfonos sin ser detectados.
Aplicaciones maliciosas como Pegasus, uno de los spyware más sofisticados, pueden infectar un dispositivo incluso con una simple llamada perdida. Pero este tipo de software necesita una conexión activa para funcionar, y ahí es donde el reinicio del móvil juega un papel clave: al apagarse y volver a encenderse, se interrumpen esos accesos invisibles.
Este consejo no proviene únicamente de voces técnicas aisladas. La propia Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) incluye esta práctica dentro de sus recomendaciones para reforzar la seguridad digital personal. Reiniciar el terminal reduce el riesgo de espionaje, al tiempo que mejora el rendimiento general del dispositivo.
Además del aspecto de seguridad, reiniciar el teléfono con frecuencia ayuda a liberar memoria y cerrar procesos innecesarios que se mantienen activos en segundo plano. Esto se traduce en un sistema más ágil y con menos errores. También se eliminan archivos temporales que pueden saturar el almacenamiento o ralentizar algunas funciones.
Junto con esta acción simple, los especialistas recuerdan que es esencial mantener el sistema operativo actualizado. Cada nueva versión de software suele incluir parches que corrigen vulnerabilidades detectadas recientemente. Por eso, incluso los dispositivos más nuevos pueden ser inseguros si no se mantienen al día.
En resumen, reiniciar el móvil a diario y aplicar las actualizaciones disponibles son dos hábitos clave para reforzar la protección contra amenazas y mantener el teléfono funcionando de forma óptima. Aunque parezca un gesto menor, hacerlo puede marcar la diferencia.
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