Lejos de ser un tema ajeno al día a día de los canarios, la gravísima escalada militar acaecida durante los últimos días en Oriente Próximo con la involucración directa de Estados Unidos en la guerra desatada entre Israel e Irán puede tener notables consecuencias en caso de que dicho conflicto se prolongue en el tiempo y, especialmente, en el caso de que Teherán cumpla con su amenaza de interrumpir el tráfico marítimo por el Estrecho de Ormuz.
Tal medida se traduciría inevitablemente en la subida del precio del barril de crudo y, al igual que en otros muchos países, ello afectará a la economía española negativamente al tratarse de un país importador.
En el caso concreto de Canarias, los perjuicios son claros, habida cuenta de la dependencia isleña del transporte aéreo por su condición archipielágica, agravada por su lejanía de la Península.
Desde una perspectiva general, los principales efectos afectarán en primer lugar al turismo, por cuanto las compañías aéreas repercutirán los nuevos costes de combustible en sus clientes y los billetes serán más caros cuanto más lejos sea el destino. Basta con recordar que la distancia desde el Reino Unido y Alemania, por citar a los mejores clientes del sector en las Islas, es muy superior a competidores como, por ejemplo, Baleares.
A favor, la seguridad
Eso sí, anteriores crisis similares a lo que puede llegar a ser esta -como fueron las guerras en Irak- también tuvieron una consecuencia favorable al turismo isleño dada la inquietud que despierta en los viajeros la inestabilidad en otras potencias del ramo como Turquía e incluso Grecia, dado que Canarias garantiza una plena seguridad en tal sentido.
Sea como fuere, el precio del barril de crudo ya ha subido desde el pasado día 10 hasta en un 18%, de tal modo que cuando esté leyendo estas líneas lo más probable es que haya superado los 80 dólares, y los especialistas de todo el mundo temen que este conflicto lo eleve hasta los 100.
Dada la dependencia económica de Canarias hacia el exterior, semejante encarecimiento del combustible para traer a las Islas todo tipo de productos hará subir los precios con carácter general, y por ende la cesta de la compra sufrirá una inflación que afortunadamente se había logrado mantener en los últimos meses.
Otro dato nada baladí radica en los tipos de interés, que el Banco Central Europeo pensaba recortar por debajo del 2% salvo que una “causa exógena” como es esta guerra lo impidiese, así que también son malas noticias para los hipotecados o quienes aspiran a serlo.
Inevitable
Pese a que los países del Golfo no figuran entre los principales exportadores de crudo hacia España dado que solo Arabia Saudí (sexto) e Irak (décimo) están en el top-10 que encabeza EE EE a la hora de pagar los 60.000 millones de dólares que el año pasado abonó nuestro país para comprar combustible, hay que recordar que el precio del barril de crudo lo fija en la práctica la Opep porque decide cuánto se saca al mercado, de tal modo que subiría con independencia a quien se le compre.
Solo ocho empresas canarias compraron el año pasado a Irán
Pese a la lejanía tanto física como cultural existente entre España e Irán, lo cierto es que la economía mundial está cada vez más globalizada y basta con acudir a las estadísticas que confecciona periódicamente el Servicio de Aduanas para certificar el comercio existente entre ambos países.
Así, el año pasado España importó bienes desde dicho estado asiático por un valor total de 50 millones de dólares y, curiosamente, lo que más llegó desde Irán fueron café, té y similares. El segundo producto fueron las frutas, seguidas del plástico y manufacturas varias. De petróleo ni rastro, dado que el combustible llega a España desde países como EE UU, Argelia, Nigeria, Brasil y México.
Hasta 355 firmas
En total, las empresas españolas que compraron a los iraníes fueron 355, de las que ocho tienen su sede en Canarias.
A su vez, hasta 320 empresas españolas vendieron al país persa algún tipo de producto durante 2024, pero entre las mismas no figura ninguna radicada en las Islas.
En general, el balance comercial entre ambos países es equilibrado y no presenta un volumen especialmente significativo, lo que demuestra que la principal partida destinada por las firmas hispanas que exportan desde Irán (la ya referida de cafés y tés) se elevó a un total de unos 50 millones de dólares.