Alemania acepta abrir un diálogo para incluir al catalán como lengua en Europa. Eso no garantiza nada porque el acuerdo ha de ser adoptado por unanimidad. Se trata de una operación para ganar tiempo y tapar el agujero que se abre el lunes, cuando Puigdemont someta a las bases de su partido el apoyo al Gobierno de Pedro Sánchez. ¿Hasta cuando este parche para salir del paso? Meloni cree que no prosperará un acuerdo por unanimidad. Los de Silvia Orriols dirán que Junts se está tragando otro sapo. No creo que esto llegue muy lejos. Nadie entiende cuál es el objeto de ampliar esta agonía. Ni el propio Mertz comprende dónde está el problema para no convocar elecciones. Ha dicho que esto se resuelve técnicamente con la Inteligencia Artificial y no hace falta oficializar nada. La Vanguardia lo considera una crisis, pero yo no creo que todos hayan enloquecido al mismo tiempo. Lo único que demuestra esta reacción al filo de la navaja es que existe un nerviosismo más acentuado del que se dice entre risas oficialmente. Cada día que pasa Junts tiene menos posibilidades de evitar un desgaste electoral. Los socialdemócratas alemanes deberían asesorar a sus colegas españoles y decirles que lo mejor para España es un gobierno de coalición como el que ellos tienen allí, pero eso Sánchez no lo va a entender. También es cierto que estas victorias pírricas, relatos por un día para salvar el pellejo, no favorecerán a los sondeos, ni siquiera al de Tezanos. Claro está que esta solución que propuso Felipe González en 2016 y que le costó que sus antiguos compañeros lo llamaran facha, no es buena para los independentismos, que les gustaría seguir siendo bisagra en un bipartidismo desequilibrado. Los alemanes no son tontos y supongo que están admitiendo una acción con pocas posibilidades de efectividad y que no les compromete para dar eso que en rugby se llama patada hacia delante. Me imagino que los populares europeos y españoles ya deben saber algo. De momento silencio. El único que habla es Napoleonchu. Flor de un día. Veremos qué pasa el lunes en Perpiñán y lo que nos cuenta Pilar Rahola en el programa de Risto.
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