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El lagunero Espacio Bronzo organiza una visita guiada a la exposición ‘EXpecies y ENdémicas’, de Nela Ochoa

La iniciativa de este miércoles incluye el pase de la pieza de videocreación ‘Death by Water’, de la artista venezolana
Fotograma de 'Death by Water'. / DA

Espacio Bronzo organiza una visita a guiada a la exposición EXpecies y ENdémicas, de Nela Ochoa. La autora venezolana, afincada en Canarias desde 2017, lleva su interés por la genética a especies naturales del Archipiélago en vías de extinción. Para participar en la visita, que se celebra este miércoles (18.00 horas), basta con estar en la sala situada en la calle Núñez de la Peña, 19, en La Laguna, unos minutos antes de su inicio. El aforo es limitado. La obra estará disponible para el público hasta el viernes 22 de noviembre.

En el mismo acto se presentará la videocreación de Ochoa Death by Water (1995), que da cuenta de la destrucción de la selva al sur de Venezuela, debido a la búsqueda de oro, proceso que envenena las aguas con mercurio y cianuro.

La pieza se ha exhibido anteriormente como obra seleccionada para formar parte de la exposición Nela Ochoa. Vídeos 1985-2006, en TEA Tenerife Espacio de las Artes (2018) y en el Circuito Orinoco. Museo Jacobo Borges, en Caracas. Además, forma parte de las colecciones de la videoteca del Reina Sofia (Madrid), del Museo de Arte Contemporáneo Sofia Imber, del Centro de Documentación Sala Mendoza (ambos, en Caracas) y del Centro de Arte Lía Bermúdez (Maracaibo).

Las obras que presenta Ochoa en Espacio Bronzo como parte de EXpecies y ENdémicas pueden distinguirse por su formato y los materiales con los que se elaboran. En primer lugar, se encuentra una serie de piezas en tres dimensiones y en relieve, elaboradas con elementos diversos, como cuentas de collar, bates de béisbol, textiles y otros elementos, y, por otro lado, una serie de obra gráfica impresa elaborada con material fotográfico retocado con ordenador.

La artista, que ha dedicado parte de su obra a una indagación sobre la genética, asigna colores diferentes a cada una de las cuatro bases de la cadena del ADN y las combina de acuerdo a las secuencias de información biológica que estructura cada especie, de forma que el color es un factor dominante en cada pieza y en el conjunto de la exposición.

La propuesta de Ochoa “nos ofrece una nueva aproximación al territorio protagonizado por la urdimbre primigenia de un telar identitario de elementos significativos del paisaje insular”, asegura en un texto crítico la historiadora del arte Ana Luisa González Reimers, integrante de la Real Academia Canaria de Bellas Artes (Racba).

Estos elementos se convierten “en formas autónomas en las que trasciende la secuencia genética dispuesta rítmicamente de manera reticular a través del color o en formas helicoidales de gran dinamismo, elementos de un nuevo universo que hermanan el conocimiento científico con la emancipación creadora”. A juicio de González, Ochoa elabora así “un discurso que refleja la preocupación por la frágil condición de especies en peligro de extinción y la huella poética de su existencia”.

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