La Comisión Europea ha fijado en 2035 el fin de las ventas de vehículos de combustión (de gasolina y diésel) y también los híbridos. Así lo explicó este miércoles la presidenta Von der Leyen, acompañada de varios comisarios, en la presentación de una batería de iniciativas en el marco de la lucha contra el cambio climático. Además, la Comisión propone un fondo de 72.000 millones de euros para hacer frente a las subidas de la luz y a la pobreza energética.
La economía europea basada en los combustibles fósiles de una manera enérgica «ha llegado a su fin», comentó la propia presidenta ante la prensa. «La emisión de CO2 debe de tener un precio» que funcione como incentivo para transitar hacia tecnologías menos contaminantes, afirmó Von der Leyen para resumir un amplio paquete normativo que «combina la reducción de emisiones con medidas para preservar la naturaleza y para poner los empleos y el equilibrio social en el corazón de esta transformación».
De todos modos, este nuevo paso de Bruselas tendrá que negociarse a continuación con el Consejo de la UE, que representa a los Estados miembros, y con el Parlamento Europeo, para que la UE reduzca sus emisiones contaminantes en 2030 en al menos un 55% respecto a 1990, con vistas a desprenderse del CO2 a mitad de siglo.