En el corazón de Egipto de lo que alguna vez fue una confluencia crucial de rutas comerciales y militares en el antiguo Egipto, un equipo de arqueólogos de la Misión Arqueológica Egipcia ha hecho un descubrimiento asombroso en Tel Habwa, situado en el norte del Sinaí. A poca distancia del actual Canal de Suez, los expertos han desenterrado los restos de un palacio que data de hace unos 3.400 años, durante la época del faraón Tutmosis III, uno de los más influyentes gobernantes de la dinastía XVIII.
El descubrimiento se realizó durante un proyecto de desarrollo en la región que, inadvertidamente, ha arrojado luz sobre un aspecto menos conocido de la vida del faraón: su lugar de retiro. Según el Ministerio de Turismo y Patrimonio de Egipto, que divulgó detalles a través de un comunicado en Facebook, la estructura se cree que fue utilizada por el faraón como un espacio de descanso lejos de la corte real en Tebas.
Este palacio destaca no solo por su antigüedad sino también por su arquitectura única. Consta de un amplio salón principal sostenido por tres robustas columnas de piedra caliza y un salón secundario, junto con varias habitaciones adyacentes. Lo que particularmente llamó la atención de los arqueólogos fue la casi total ausencia de fragmentos de cerámica en el interior, un detalle que sugiere que el espacio no era de uso común, sino más bien un sitio de significado especial y posiblemente de exclusividad real.
Uno de los faraones más enigmáticos de Egipto
Tutmosis III, nacido en 1504 a.C., es recordado como uno de los faraones más poderosos de la antigüedad egipcia. Después de la muerte de su padre, comenzó a reinar compartiendo inicialmente el poder con su tía, pero pronto tomó las riendas solo y expandió enormemente los territorios del Imperio Egipcio. Su campaña militar más significativa incluyó la expansión desde Egipto hacia Siria y Palestina, reafirmando y extendiendo el dominio egipcio más allá de sus fronteras tradicionales. Este contexto militar y la ubicación estratégica del palacio a lo largo del Camino de Horus, una ruta militar clave que conectaba Egipto con otras regiones, destacan la importancia del sitio tanto para la logística como para el reposo personal del faraón.
Los investigadores en Egipto, mediante el análisis de las capas y la cerámica encontrada en el sitio, determinaron que la edad del palacio coincide con el período de las campañas militares de Tutmosis III. Además, la presencia de dos artefactos inscritos con su nombre confirma su conexión con el lugar. Esto ofrece una perspectiva fascinante sobre la dualidad de su vida: un gobernante y un militar, pero también un hombre en busca de respiro.
A lo largo de los siglos, el palacio sufrió transformaciones significativas en Egipto. Después de dejar de ser un retiro real, el sitio fue fortificado con un muro perimetral y una puerta principal. En una fase posterior de su historia, se convirtió en un cementerio, con numerosas tumbas que albergan principalmente restos infantiles. Esto indica una evolución en el uso del espacio que refleja los cambiantes imperativos sociopolíticos y culturales de la región.
Este descubrimiento no solo ilumina un aspecto poco conocido de la vida de Tutmosis III sino que también proporciona a los historiadores y arqueólogos datos cruciales sobre las prácticas arquitectónicas y ceremoniales de la época. La profundidad y la integridad del palacio sugieren que aún hay mucho que aprender sobre el período del Nuevo Reino en Egipto, especialmente sobre cómo los faraones utilizaban sus espacios de vida para equilibrar las exigencias de liderazgo y las necesidades personales.
El hallazgo en Tel Habwa Egipto, por tanto, no solo representa un hito arqueológico sino también una ventana a la vida diaria y las estrategias de un faraón cuya influencia se extendió a través de un imperio y a través del tiempo. Con cada capa de arena y tierra removida, se revelan más secretos de una civilización cuya complejidad y sofisticación continúan fascinando al mundo.