Los arqueólogos e investigadores han realizado un sorprendente hallazgo arqueológico en los bosques del norte de Ontario, Canadá, ha desconcertado a los expertos tras el descubrimiento de una losa de piedra con inscripciones en alfabeto rúnico. Lo que parecía ser un simple bloque de piedra resultó contener una inscripción completa del Padre Nuestro en idioma sueco antiguo, acompañado de un grabado de un barco con 16 figuras humanas y un conjunto de misteriosas marcas en forma de X.
El descubrimiento fue posible gracias a la caída de un árbol durante una tormenta en el año 2018. La piedra quedó parcialmente al descubierto, pero no fue hasta años después cuando un grupo liderado por el presidente del Ontario Centre for Archaeological Education, Ryan Primrose, decidió iniciar un estudio arqueológico más profundo. El trabajo culminó este año con la visita del reconocido experto en runas Henrik Williams, profesor de la Universidad de Uppsala, quien viajó expresamente desde Suecia para analizar la pieza.
Tras examinar las inscripciones, el profesor confirmó que los caracteres pertenecen al alfabeto Futhark, un sistema de escritura rúnica utilizado principalmente en Escandinavia desde el siglo II hasta el siglo VIII. Sin embargo, en este caso, las inscripciones no corresponden a ese periodo, sino a una versión más reciente del siglo XVII. En concreto, la oración tallada coincide palabra por palabra con una traducción del Padre Nuestro realizada por Johannes Bureus, un intelectual sueco de la época.
Este descubrimiento ha desatado un intenso debate entre los arqueólogos, historiadores y lingüistas. Aunque en un primer momento algunos investigadores consideraron la posibilidad de que se tratara de una reliquia de los vikingos, pronto se descartó esa teoría. No existen evidencias materiales que respalden una presencia nórdica permanente en esa zona de Canadá en época medieval. La hipótesis más aceptada por ahora sugiere que fue tallada entre los siglos XVIII y XIX por inmigrantes escandinavos vinculados a las operaciones comerciales de la Compañía de la Bahía de Hudson.
Las Runas encontradas son un misterio para los arqueólogos
La piedra según los arqueólogos, presenta señales claras de haber sido enterrada de forma intencionada. Este hecho ha llevado a los expertos a pensar que pudo haber sido parte de un santuario al aire libre o un lugar de culto improvisado en plena naturaleza. Algunos incluso sugieren que podría haber servido como una especie de altar portátil para celebraciones religiosas en un contexto de aislamiento y escasez de templos. La escena del barco con múltiples figuras podría representar un viaje espiritual o incluso el recuerdo de una travesía transatlántica.
Otro detalle que ha despertado curiosidad es la presencia de catorce marcas en forma de X distribuidas en torno a la imagen del barco. Su significado no está del todo claro. Algunos investigadores especulan con la posibilidad de que marquen el número de miembros de una comunidad, o bien que correspondan a un sistema de conteo vinculado a rezos, penitencias o rituales. Por ahora, el verdadero propósito de estos signos continúa siendo un misterio según los arqueólogos.

El valor arqueológico del hallazgo es incuestionable. Se trata de la inscripción rúnica más extensa jamás encontrada en América del Norte y la única que incluye una oración cristiana completa. Aunque existen otras piedras con inscripciones en el continente, la mayoría son reconocidas como falsificaciones modernas o fragmentos sin contexto histórico claro.
El hallazgo según los arqueólogos, ha sido recibido con entusiasmo por parte de la comunidad arqueológica local y ha despertado un renovado interés por la historia de la inmigración escandinava en Canadá. En paralelo, se han iniciado conversaciones con los propietarios del terreno donde fue hallada la piedra para garantizar su conservación y permitir futuras excavaciones. Las autoridades ya valoran la posibilidad de desarrollar el sitio como punto de interés cultural y educativo.
El equipo que lidera la investigación insiste en que podrían existir otras piezas similares ocultas en los alrededores. El entorno boscoso y remoto del lugar hace difícil la prospección, pero se considera probable que trabajadores o colonos escandinavos utilizaran esta zona como lugar de asentamiento o tránsito temporal en siglos pasados según los arqueólogos.
Pese a la decepción según los arqueólogos de no tratarse de una pieza de época vikinga, los expertos consideran que la piedra tiene un inmenso valor histórico, tanto por su rareza como por el testimonio que representa de la fe, la lengua y las costumbres de quienes vivieron en estas tierras en tiempos de colonización. El misterio sobre quién fue exactamente su autor y por qué decidió enterrarla probablemente seguirá alimentando la fascinación del público durante muchos años más.