Un grupo de astrónomos ha revelado un descubrimiento sorprendente que está cambiando la manera en la que entendemos nuestro vecindario cósmico. Publicado en Astronomy & Astrophysics, el estudio detalla cómo un túnel de plasma caliente conecta la Burbuja Caliente Local, donde se encuentra nuestro sistema solar, con zonas más lejanas del espacio interestelar. Este hallazgo ha sido posible gracias a los datos recogidos por el telescopio de rayos X eROSITA, a bordo del observatorio Spectrum-Roentgen-Gamma (SRG), y abre una nueva etapa en el conocimiento de la estructura galáctica.
La Burbuja Caliente Local (BCL) es una cavidad gigantesca, de unos mil años luz de diámetro, formada hace unos 14 millones de años tras varias explosiones de supernovas. Según los astrónomos, esas explosiones expulsaron polvo y gas, dejando una región rellena de plasma a temperaturas de un millón de grados Kelvin. Desde entonces, esta burbuja emite rayos X suaves, que permiten su estudio a través de telescopios especializados.
Durante décadas, comprender su forma fue un reto, pues observarla desde dentro es como intentar describir una pecera estando en su centro. Para resolverlo, los astrónomos dividieron el cielo en más de dos mil secciones, analizando cada una de ellas con precisión. Así obtuvieron el mapa tridimensional más detallado de la BCL hasta la fecha, revelando que no es una esfera perfecta, sino una estructura irregular que se expande más en dirección perpendicular al plano de la galaxia.
Uno de los resultados más relevantes del análisis fue el hallazgo de un gradiente de temperatura entre el hemisferio norte y el sur. Los astrónomos determinaron que en el hemisferio sur la temperatura media era de 121,8 ± 0,6 eV, mientras que en el norte apenas alcanzaba los 100,8 ± 0,5 eV. Estas diferencias habían pasado desapercibidas en estudios anteriores debido a las limitaciones de instrumentos como el satélite ROSAT.
El túnel de plasma hacia Centauro que estudian los astrónomos
Lo más fascinante del estudio fue la detección de un túnel de plasma caliente que conecta la burbuja con la constelación de Centauro. Según los astrónomos, se trata de un corredor que atraviesa regiones más frías y densas del medio interestelar, lo que sugiere la existencia de una conexión directa con otra cavidad de baja densidad. Esta estructura podría enlazar con la Nebulosa de Gum u otras zonas ya identificadas en mapas anteriores, respaldando la idea de que la Vía Láctea está atravesada por una red de túneles y burbujas creados por supernovas.

Los astrónomos creen que estas conexiones podrían ser canales naturales para el movimiento de campos magnéticos, rayos cósmicos y gases interestelares, alterando la manera en la que la materia y la energía circulan a través de la galaxia. La hipótesis recuerda a una propuesta de 1974 que ya apuntaba a la existencia de un entramado de cavidades interconectadas, aunque nunca se había logrado confirmarla con tanta claridad.
El equipo también encontró cavidades libres de polvo dentro de la BCL, todas ellas llenas de plasma. Estas parecen formar caminos interconectados que refuerzan la imagen de una galaxia dinámica y porosa, donde el vacío no es uniforme, sino un mosaico de burbujas enlazadas.
Además, los astrónomos midieron la presión térmica media de la BCL en 10,100 cm⁻³ K, un valor más bajo que el de los restos de supernovas tradicionales. Esto indica que la burbuja puede estar “abierta” hacia las regiones superiores de la galaxia, facilitando la fuga de energía y plasma hacia otras cavidades.
Una nueva visión de nuestro vecindario cósmico
Este hallazgo no solo transforma la manera en la que entendemos la estructura galáctica, sino que también ayuda a explicar cómo interactúan los restos de supernovas y el medio interestelar. Según los astrónomos, los túneles detectados podrían influir en la propagación de los rayos cósmicos, afectando incluso al entorno inmediato del sistema solar.
Los resultados abren la puerta a nuevos estudios que combinarán rayos X, radioastronomía y simulaciones computacionales para cartografiar más conexiones. Los astrónomos confían en que estas investigaciones puedan confirmar si la Burbuja Caliente Local es solo una parte de una red mucho mayor de túneles interconectados que atraviesan toda la Vía Láctea.
En definitiva, los astrónomos han demostrado que nuestro sistema solar no está aislado dentro de una simple burbuja, sino conectado a un entramado cósmico que podría ser clave para comprender cómo se distribuyen la materia y la energía en la galaxia. El túnel hacia Centauro es apenas el primer paso hacia una visión más amplia de nuestra posición en el universo.
Lo que parecía una región vacía y homogénea ahora se muestra como un espacio dinámico, tejido por explosiones estelares y modelado por fuerzas invisibles que viajan a través del cosmos. Los astrónomos coinciden en que este descubrimiento redefine nuestra comprensión del entorno galáctico y abre un nuevo capítulo en la exploración del universo cercano.