Este fin de semana, la Tierra está al borde de enfrentar una de las más severas tormenta solar geomagnéticas registradas en décadas, desencadenadas por una serie de potentes llamaradas emitidas desde una mancha solar extraordinariamente grande, conocida como AR3664. Esta mancha solar, que es quince veces más grande que la Tierra, ha crecido hasta alcanzar un diámetro de 200,000 kilómetros. Su tamaño es tal que es visible desde nuestro planeta sin necesidad de utilizar equipos de ampliación especializados, solo con el uso de filtros y protección solar adecuados para observar el Sol de manera segura.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) ha emitido una alerta —la primera de este tipo desde 2005—, advirtiendo sobre los posibles efectos de estas tormentas solares que se esperan afecten a nuestro planeta entre los días 10 y 12 de mayo. Según la NOAA, la tormenta geomagnética ha sido clasificada como G4, la segunda más intensa en su escala, lo que sugiere una magnitud sólo comparable con históricas tormentas solares como el evento Carrington de 1859. En aquel entonces, las auroras boreales fueron visibles desde lugares tan alejados de los polos como Cuba, un fenómeno raro y espectacular.
A G4 (Severe) Geomagnetic Watch has been issued for May 11… pic.twitter.com/CeEHWEUFiQ
— NOAA Space Weather Prediction Center (@NWSSWPC) May 9, 2024
El área específica del sol de donde provienen estas llamaradas, la región AR3664 situada en el cuadrante sur del astro, ha estado particularmente activa, emitiendo varias llamaradas de clase X, que son las más energéticas según la escala de clasificación solar. Esta actividad no solo es un espectáculo de la naturaleza, sino también una fuente potencial de problemas técnicos en la Tierra con esta tormenta solar.
¿Es peligrosa para nosotros la tormenta solar?
Con la llegada de esta tormenta solar se esperan no solo hermosas auroras boreales visibles desde latitudes inusualmente bajas, sino también posibles interrupciones en las comunicaciones vía satélite, apagones de radio y alteraciones en la red eléctrica. Estos efectos se deben a las corrientes eléctricas extra inducidas en la atmósfera y en las infraestructuras terrestres, lo cual puede afectar tanto los sistemas de comunicación como los de energía.
La Tierra se enfrentará este fin de semana a intensas perturbaciones geomagnéticas, según el aviso de la NOAA
Dada la potencia de la tormenta prevista, la NOAA ha recomendado a las autoridades gubernamentales y a las empresas de servicios públicos que estén en alerta máxima y que tomen medidas preventivas adecuadas. Esto incluye ajustes en las operaciones de satélites, revisión de las redes eléctricas y preparativos en sistemas de emergencia, para asegurar la menor cantidad de interrupciones y proteger la infraestructura crítica por esta tormenta solar.
El fenómeno que estamos por experimentar no sólo es un recordatorio de la impresionante energía que nuestro sol puede liberar, sino también de la vulnerabilidad inherente de nuestras modernas tecnologías a los fenómenos naturales del espacio. En un mundo cada vez más dependiente de la tecnología, tales eventos nos obligan a mirar hacia el cielo con cautela y respeto, preparados para responder a los caprichos de nuestra estrella más cercana. Así, mientras algunos se preparan para disfrutar de un espectáculo celeste sin igual, otros trabajan afanosamente para mitigar los efectos de una tormenta que podría recordarnos nuestra fragilidad en el vasto universo y esta tormenta solar.