Los paisajes áridos de Namibia y Australia resguardan unas formaciones poco comunes que han capturado la curiosidad de científicos y aficionados por igual: los círculos de hadas. Estas inusuales formas vegetales, que aparecen en anillos alrededor de terrenos estériles, han permanecido en el misterio durante largo tiempo, levantando múltiples interrogantes sobre su origen y propósito.
Por años, las hipótesis que buscan explicar la aparición de estos círculos han florecido. Emilio Guirado, investigador de la Universidad de Alicante en España, compartió con Newsweek que algunas teorías sugieren que estos patrones son una consecuencia de la autoorganización vegetal. Sin embargo, hay otras teorías que proponen que termitas e incluso el látex tóxico de ciertas plantas suculentas podrían estar detrás de esta enigmática formación.
A pesar de que históricamente estos círculos solo se han documentado en Namibia y Australia, el equipo liderado por Guirado decidió emprender una ambiciosa misión: descubrir si existen más círculos de hadas en otras partes del mundo. A través de un sofisticado modelo basado en inteligencia artificial, lograron analizar vastas extensiones de terreno desde el espacio. Tras un mes de trabajo y análisis, sus hallazgos fueron reveladores: detectaron círculos de hadas en 263 sitios distintos distribuidos en 15 países y tres continentes diferentes.
Al profundizar en las características de estos sitios, emergieron patrones comunes, tales como condiciones de aridez, temperaturas específicas, y suelos arenosos y bajos en nutrientes. Sin embargo, también notaron variaciones entre las localizaciones, lo que alimenta la idea de que distintos factores podrían estar dando forma a estos patrones en diferentes regiones.
«El mundo es un lugar complejo, y no descartamos que múltiples hipótesis puedan coexistir», expresó Guirado. Los resultados de su equipo muestran que en Namibia, la influencia de las termitas parece ser mayor en comparación con lugares como Australia o la región del Sahel.
Si bien el estudio aporta significativamente al conocimiento de la distribución global de los círculos de hadas, Guirado recalca la importancia de continuar con investigaciones a nivel local para confirmar o refutar las teorías actuales. Este nuevo mapa global podría ser un punto de partida crucial para futuras investigaciones.
La trascendencia de estos hallazgos podría ir más allá del simple entendimiento de estos patrones. Los círculos de hadas, según Guirado, podrían actuar como indicadores de degradación ecosistémica frente al cambio climático. Además, señaló la urgencia de llevar a cabo investigaciones en campo que profundicen en estos patrones vegetales tan misteriosos.