Hace unas horas la Dirección General de Sanidad de Dinamarca anunció este jueves la suspensión temporal, durante 14 días, de la vacuna de AstraZeneca tras registrar «graves casos de trombos» en personas que la habían recibido. Poco después, el Gobierno noruego siguió los pasos de su vecino danés y optó también por paralizar la aplicación de esta fórmula «de manera cautelar por el momento».
Uno de los casos está relacionado con una muerte, explican en un comunicado las autoridades sanitarias danesas, que resaltan que todavía no se puede concluir que haya una relación entre la vacuna y los trombos.
Al igual que la Agencia Danesa del Medicamento, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha iniciado una investigación al respecto y ha asegurado a EFE que el comité de seguridad (PRAC) de la EMA se encuentra ya reunido para analizar la información disponible y que podría emitir «hoy o mañana» un consejo al respecto sobre el uso del fármaco en la Unión Europea (UE). Además, la EMA ha informado de que cinco países han suspendido el uso de un lote de la vacuna de AstraZeneca: Austria, Estonia, Lituania, Luxemburgo y Letonia.
«Estamos en medio del mayor y más importante despliegue de vacunación en la historia de Dinamarca, y necesitamos todas las vacunas que podamos conseguir. Por lo tanto, suspender una de las vacunas no es una decisión fácil», ha dicho el jefe de la Autoridad Sanitaria danesa, Soren Brostrom.
Y es que, la suspensión podría provocar un retraso de cuatro semanas en el programa de vacunación danés. Dinamarca también utiliza otras dos vacunas: una desarrollada por la empresa Pfizer/BioNTech y otra desarrollada por Moderna. Alrededor del 9 por ciento de la población adulta danesa ha sido vacunada hasta ahora con una dosis de la vacuna. Una cuarta parte de ellos ha recibido la vacuna de AstraZeneca.