Fotografía Carlos Ruiz celebra el segundo gol blanquiazul – FRAN PALLERO
Suso, de penalti en la primera parte, y Carlos Ruiz de cabeza en la segunda, marcaron los goles que le dan al Tenerife media permanencia. Con ellos los blanquiazules derrotaron a un Oviedo que solo se metió en el partido cuando Alberto, inexplicablemente, le pegó al balón con la mano y el colegiado pitó penalti. Con este 2-1, el Tenerife se distancia a cuatro puntos de los puestos de peligro y afrontará con más tranquilidad el choque del próximo fin de semana ante el Lugo.
Luis César Sampedro devolvió la titularidad a un Malbasic que se perdió el partido del pasado fin de semana por sanción. El serbio se fue a la izquierda del ataque, mientras que en la derecha se fijó Suso. Milla y Alberto se anclaron en la medular, teniendo por delante a Naranjo y Nano. Un once con bastantes argumentos ofensivos, justamente lo necesario para llevarse los tres puntos de un partido vital.
El CD Tenerife saltó al campo con las ideas claras. Solo le valía ganar y lo demostró desde el primer segundo. Los de Sampedro controlaron el partido desde el inicio y el Oviedo con mucha más calma.
Antes del minuto 5, Jimmy fue amonestado por cortar un contragolpe claro del cuadro local. 15 minutos después, Tejera cazó por detrás a Alberto y antes de eso Suso recibió un fuerte impacto en la cara que se quedó sin castigo.
A pesar del control blanquiazul, el Tenerife no pudo concretar ninguna ocasión de peligro clara hasta el minuto 39. En ese momento Malbasic fue a rematar un centro colgado por Suso y la defensa lo despejó a saque de esquina. En ese córner Carlos Hernández cometió un claro penalti sobre Jorge. Suso asumió la responsabilidad y el capitán de Taco no perdonó para adelantar a su equipo en el marcador. El Heliodoro gritó aquello del ¡Sí se puede! y no era para menos. Cada gol marcado acerca la permanencia al cuadro tinerfeño.
Al borde del final de la primera parte, un buen robo de Naranjo y unas buenas combinaciones con Nano casi se transforman en el segundo gol tinerfeño de la tarde.
Así acabó una entretenida primera parte en la que el Tenerife completó un partido muy serio. Arriba Naranjo y Nano se entendieron con facilidad y trajeron en jaque a los defensa ovetenses.
El primer cuarto de hora de la segunda parte no pasó absolutamente nada. Lo más reseñable fue el primer cambio que realizó Sampedro. Se retiró del campo Nano, con un importante chichón en la cabeza producto de un fuerte golpe que recibió en la primera parte. Entró Montañés para acompañar a Naranjo en el ataque. Hasta ahora no se había visto a Montañés jugar como segundo punta.
El éxtasis definitivo llegó al Heliodoro cuando reapareció el héroe del derbi canario: Carlos Ruiz marcó un golazo de cabeza, su especialidad, para marcar el segundo gol de la tarde. La permanencia se acercaba un poco más, pero la alegría no duraría mucho.
Lo que iba a ser un partido plácido se iba a convertir en un sufrimiento cuando Alberto cometió un error muy de su estilo. Saltó para despejar un centro pero incomprensiblemente levantó el brazo y le pegó al balón con la mano. El asistente lo vio claro y avisó al colegiado principal, quien tuvo que consultar bien la acción para pitar el penalti. Joselu engañó a Dani en el disparo y acortó distancia en el marcador en el minuto 76. A los blanquiazules le quedaban 14 minutos de puro sufrimiento. Fiel reflejo a lo que ha sido toda la temporada.
Omar Ramos estranguló el corazón de la que fue su hinchada en el minuto 80. Un disparo del puntero se fue fuera rozando la portería de Dani. La réplica local llegó con un disparo cruzado de Naranjo que Champagne desvió a córner. El tercer y último cambio tinerfeño sirvió para que Suso se fuera del campo y entrase Coniglio.
Los minutos finales fueron de verdadero infarto. El Oviedo lo intentó, pero el Tenerife peleó cada pelota para impedir el empate. El colegiado sumó más de cuatro minutos de alargue, pero no se le escapó la victoria a un equipo que ante el Oviedo ganó medio billete para conseguir la permanencia.