El Ministerio de Sanidad está imponiendo una especie de “estado de alarma encubierto”. Prohibiciones a nivel nacional, como la de fumar en la calle, se imponen después de que España haya sido amonestada por la Unión Europea por no haber actualizado su ley contra el tabaco, que data de 2006, desde hace más de una década.
El anuncio de Salvador Illa de que haría una nueva Ley Antitabaco nada más llegar al Ministerio, en febrero de 2020, para “ampliar los espacios libres de humo”, nunca se llevó adelante. Y ahora se cuela en la regulación contra la Covid, “sin debate y por obligación”, lamentan a este periódico fuentes de las consejerías rebeldes, a pesar de que “nos hablan de cogobernanza, pero luego nos imponen las medidas… eso sí, cuando suben los contagios, desde el Gobierno central señalan a cada territorio”.
La Ley Antitabaco entró en vigor el 1 de enero de 2006 y fue modificada cinco años después para prohibir fumar “en todos los espacios públicos cerrados”, aunque permitía hacerlo en lugares al aire libre, como terrazas de hostelería, siempre que estuvieran totalmente abiertas. A partir de este sábado, esto ya no es así: el decreto de Sanidad que ha vuelto a unir a las CCAA del PP con los socios separatistas del Gobierno de Pedro Sánchez -e incluso a varias regiones socialistas- prohíbe fumar al aire libre y permanecerá en vigor mientras dure la pandemia.
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