El incendio forestal activo desde el sábado pasado en Gran Canaria, el más grave que se ha registrado en España este año, está estabilizado después de haber afectado 9.200 hectáreas y obligado a evacuar a unas 10.000 personas.
El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, ha informado este miércoles en rueda de prensa de que el fuego, que no produjo daños humanos, afectó a un perímetro de 112 kilómetros y que, aunque está estabilizado, se mantiene el nivel 2 bajo la dirección del Ejecutivo regional.
El presidente ha pedido que se mantengan en la isla todas las unidades aéreas y los equipos de tierra destinados a los trabajos de extinción mientras no se produzca otro incendio en España y se baje la categoría del de Gran Canaria.
«Está vivo, hay que terminar de rematarlo», ha afirmado Torres, quien ha recordado que el incendio, en el que han trabajado mil personas cada día, ha afectado a 11 de los 21 municipios que hay en la isla.
Ha precisado que durante este miércoles los efectivos han vertido cerca de un millón de litros de agua sobre el incendio y el trabajo se ha centrado en la extinción y valoración de las carreteras y núcleos urbanos para que pudiesen regresar a sus casas muchos de los desalojados.
El director técnico de emergencias del Cabildo de Gran Canaria, Federico Grillo, ha explicado que el incendio está estabilizado «dentro de unas líneas de control».
Grillo ha señalado que el incendio está en estos momentos «cogido por pinzas» y «en observación» y ha alertado de que podría reactivarse en algún punto.
No obstante, por el momento las condiciones son buenas, ya que ha bajado la temperatura y aumentado la humedad, si bien estas condiciones meteorológicas podrían empeorar en los próximos días.
«Si todo va bien en un par de días podría estar controlado, aunque no liquidado, lo que tardará un tiempo», ha manifestado Grillo, quien ha agregado que el fuego que está «dormido» y «oculto» podría reactivarse con el viento.
El técnico ha dicho que no se puede garantizar que el incendio no pueda reiniciarse, por lo que, ha insistido, «no podemos bajar la guardia ni fiarnos».