Una de las lesiones más frecuentes entre los deportistas es el esguince de tobillo. Sin embargo, esta molestia no se limita únicamente a los practicantes de alguna actividad física, ya que también suele producirse en el día a día en las tareas cotidianas del hogar o incluso en las caminatas sobre superficies irregulares.
Nos encontramos ante una lesión que además de dolorosa resulta también incómoda y que en la mayoría de los casos requiere guardar reposo. Los esguinces se producen a causa de una distensión con posible rotura de ligamentos, que impiden la correcta movilidad de la articulación en cuestión de muy poco tiempo.
El tratamiento en el esguince de tobillo y el grado del mismo acabarán definiendo el periodo de recuperación. Conviene siempre ponerse en manos de profesionales en fisioterapia, tratando de guardar reposo, efectuar los ejercicios que nos recomienden y nunca acelerar los plazos si queremos evitar posibles recaídas en el futuro.
Hay varias maneras de identificar una lesión de estas características en la articulación. Se manifiesta, por lo general, con fuerte dolor o incomodidad al apoyar el pie, inflamación en la zona afectada, molestia ante una leve presión, enrojecimiento en la piel del tobillo y dificultades para caminar sin cojear.
Tres grados de esguinces
La intensidad de la flexotorsión sufrida acabará determinando el tipo de esguince, que se fija en tres grados: grado I, grado II y grado III. Independientemente de cuál tengas, siempre es preciso dejarse asesorar por profesionales para que hagan un diagnóstico y aclaren cuál es el mejor tratamiento esguince tobillo.
Grado I
Es el de menor gravedad y consiste en una hiperextensión de los ligamentos. Tras producirse la lesión experimentarás una molestia tolerable y un poco de hinchazón. Notarás incomodidad al caminar y cuando cargas el peso del cuerpo sobre el pie.
Lo aconsejable es guardar reposo entre 48 y 72 horas y evitar hacer una actividad deportiva de impacto en un periodo aproximado de entre 1 y 2 semanas.
Grado II
Resulta algo más doloroso que el grado I y tiene lugar cuando la torcedura se produce por una rotura parcial de los ligamentos. Lo normal es que haya una fuerte molestia en el tobillo y una hinchazón inmediata. La molestia se intensifica al apoyar el pie o cuando se procura caminar.
La inflamación se prolongará durante un par de semanas, teniendo que guardar reposo los primeros 3-4 días. Los profesionales de la fisioterapia advierten que el periodo sin actividad física de impacto ascenderá hasta las 3-4 semanas, mientras que la curación completa ronda las 6-8 semanas.
Grado III
Supone el esguince más grave, con la rotura de uno o varios ligamentos del tobillo. En la zona afectada el dolor resulta más fuerte, y la hinchazón más evidente. Resulta prácticamente imposible caminar, ya que la molestia impide poner el pie en el suelo.
En este caso, el periodo de reposo se alarga hasta las 6 u 8 semanas, teniendo que inmovilizar el pie, ya sea con yeso o una órtesis, para que los ligamentos cicatricen de forma adecuada. En algunos casos más graves llega a ser necesaria la intervención quirúrgica. El tiempo para volver a practicar ejercicio físico será de al menos cuatro meses.
Qué hacer para recuperarse lo antes posible
A todos los pacientes les interesa recuperarse lo antes posible de cualquier lesión. De ahí que sea primordial acudir a una clínica de fisioterapia nada más sufrir la incidencia para agilizar el proceso y así volver lo antes posible a la actividad normal.
Ponernos en manos de estos profesionales también ayudará a mejorar la función de las articulaciones y a incrementar el rango de movimiento, además de prevenir futuras recaídas gracias a los ejercicios de propiocepción que te recomienden.
El tratamiento puede combinar distintas técnicas, como ondas de choque para esguince, la INDIBA, la terapia manual, la crioterapia o el vendaje, a lo que se le podrían incorporar también ejercicios de fuerza y movilidad. Además del trabajo que se haga con el fisioterapeuta, también conviene inmovilizar el tobillo, aplicarle hielo, comprimir la zona y elevar el pie. Una vez superada la fase inicial habrá que efectuar ejercicios de movilidad y de fuerza, volviendo a practicar ejercicio de manera gradual.
Cómo prevenir el esguince de tobillo
Los esguinces suelen tener mayor incidencia en las personas que practican deportes de impacto o actividades extremas en donde las extremidades inferiores desempeñan un papel protagonista. Por eso, siempre conviene seguir una serie de consejos:
- Hay que calentar estas articulaciones antes de iniciar el entrenamiento.
- Apostar por un calzado que se ajuste al pie y que nos ofrezca amortiguación.
- Trabajar en la medida de lo posible el equilibrio para mejorar la estabilidad y así reducir la posibilidad de sufrir esguinces.
- Evitar el zapato de tacón o con excesiva plataforma.