Sucede con frecuencia con estos síntomas: estás hablando y, de pronto, olvidas por completo lo que ibas a decir, o vas conduciendo por una ruta habitual y tomas un desvío equivocado sin saber por qué. Estos lapsus y olvidos ocasionales son comunes, pero cuando se repiten, pueden ser señales de que algo más serio está ocurriendo. Según los expertos, conocer los síntomas tempranos del deterioro cognitivo puede marcar una gran diferencia en el diagnóstico y la prevención de enfermedades neurodegenerativas como la demencia o el Alzheimer.
La demencia afecta a más de seis millones de personas solo en Estados Unidos y, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los casos podrían duplicarse para 2060. La buena noticia es que hasta un 45 % del riesgo de padecer demencia es modificable. Esto significa que, si se detectan los síntomas a tiempo, es posible actuar antes de que el daño cerebral sea irreversible.
La neuróloga Georgina Aldridge, de la Universidad de Iowa, afirma que cualquier persona, sin importar la edad, debería cuidar su salud cerebral. “El cerebro es un órgano que también necesita mantenimiento, descanso y prevención”, señala. Parte de ese cuidado consiste en reconocer qué síntomas son señales de alerta y requieren atención médica.
1. Olvidos y pérdida de memoria a corto plazo con estos síntomas
La pérdida de memoria es uno de los síntomas más conocidos del deterioro cerebral, pero no todos los olvidos indican una enfermedad neurodegenerativa. En muchos casos, pueden deberse a problemas de sueño, déficit de vitamina B12 o estrés crónico. Sin embargo, cuando los olvidos se vuelven frecuentes o afectan la vida cotidiana, es momento de consultar a un neurólogo.
El doctor Armen Moughamian, del Centro de Salud Cerebral Ray Dolby en California, explica que olvidar conversaciones recientes o repetir historias sin recordarlo puede ser una señal de deterioro cognitivo leve. “El problema no es olvidar una vez, sino hacerlo de forma repetida y progresiva”, advierte.
2. Patrones de sueño irregulares
Dormir mal también puede ser un indicador temprano. La neuróloga Shae Datta, de NYU Langone, recuerda que durante el sueño el cerebro elimina toxinas y consolida la memoria. Si la calidad del descanso disminuye, el rendimiento cognitivo se ve afectado. Entre los síntomas más frecuentes están el insomnio, las siestas excesivas o la somnolencia diurna persistente.
Un estudio publicado en Neurology en 2025 reveló que las mujeres mayores de 80 años que dormían mal presentaban un riesgo significativamente mayor de desarrollar demencia. Dormir entre siete y nueve horas por noche sigue siendo una de las mejores estrategias para proteger el cerebro.
3. Cambios de humor o de comportamiento
Alteraciones emocionales inexplicables también pueden ser síntomas de alerta. La aparición repentina de ansiedad, irritabilidad o depresión a partir de los 60 años puede preceder a problemas de memoria. En algunos casos, estos cambios de personalidad pueden estar relacionados con demencia frontotemporal, un tipo de deterioro que afecta las zonas del cerebro encargadas del comportamiento y el lenguaje.
Los especialistas subrayan que la aparición de desconfianza, agresividad, comportamientos inapropiados o pérdida de empatía no deben atribuirse simplemente a “cosas de la edad”. Son síntomas que merecen una evaluación médica.
4. Problemas con el lenguaje
Otro de los síntomas tempranos más frecuentes es la dificultad para encontrar palabras comunes o seguir una conversación. A todos nos ha pasado olvidar un término momentáneamente, pero cuando el problema se vuelve constante, podría tratarse de un signo de Alzheimer. Las personas afectadas pueden sustituir palabras, omitir términos o tener problemas para comprender frases largas.
“El lenguaje es una de las funciones que más revela cambios sutiles en el cerebro”, explica la doctora Datta. Detectar estos síntomas a tiempo permite intervenir antes de que el daño avance.
5. Dificultad para realizar tareas cotidianas
Dejar de cocinar, olvidar pagos o no seguir rutinas habituales son síntomas relacionados con la pérdida de las funciones ejecutivas, como la planificación y la toma de decisiones. “Cuando alguien deja de hacer cosas que antes hacía con naturalidad, debemos pensar que algo está cambiando en su cerebro”, señala el doctor Moughamian.
Estos síntomas suelen aparecer en fases tempranas de la demencia, aunque a veces se confunden con distracciones o falta de interés. La clave es observar si el problema es persistente y si afecta la autonomía de la persona.
6. Problemas de orientación o percepción visual
Algunos pacientes experimentan síntomas relacionados con la conciencia visoespacial: dificultad para calcular distancias, encontrar objetos entre otros o firmar fuera del espacio indicado. Estos cambios en la percepción suelen acompañar enfermedades como el Alzheimer o la demencia con cuerpos de Lewy.
En casos más graves, pueden aparecer alucinaciones visuales, un síntoma característico de la demencia con cuerpos de Lewy, causada por depósitos anormales de proteínas en el cerebro. Ver o escuchar cosas que no existen es un signo que siempre requiere atención médica inmediata.
Cuándo consultar con un especialista
Los expertos coinciden en que detectar los síntomas tempranos es esencial para retrasar la progresión del deterioro cognitivo. Aunque algunos cambios son normales con la edad, los síntomas persistentes o progresivos deben ser evaluados por un neurólogo. Un diagnóstico precoz permite iniciar tratamientos, adoptar hábitos saludables y planificar la atención futura.
El cerebro, como cualquier otro órgano, necesita vigilancia. Escuchar las señales y actuar ante los síntomas es la mejor manera de proteger la salud mental y la memoria en el largo plazo.