Después de casi un siglo de ausencia para la ciencia, la ballena sei ha sido avistada una vez más en las aguas argentinas, marcando un emocionante regreso a la costa patagónica desde su última observación en 1929. Este significativo avistamiento fue realizado por un equipo de científicos de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y el Centro Nacional Patagónico, quienes confirmaron el regreso de esta especie tras décadas de ausencia en la región.
La ballena sei, que por la ciencia conocida como Balaenoptera borealis, es la tercera especie más grande del reino de las ballenas, solo superada por la ballena azul y la ballena de aleta. Este impresionante mamífero marino puede alcanzar una longitud de casi 60 pies y un peso de más de 20 toneladas. Su diseño corporal es notablemente aerodinámico, lo que la convierte en una de las criaturas más rápidas del océano. La dieta de la ballena sei se compone principalmente de krill, aunque también incluye una variedad de peces y crustáceos. Estos animales pueden vivir entre 50 y 70 años, aunque enfrentan numerosos desafíos que ponen en peligro su supervivencia.
Clasificada por la ciencia como una especie en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se estima que la población global de ballenas sei oscila entre los 10,000 y 50,000 individuos. La dramática disminución de su número fue principalmente el resultado de la caza masiva durante el siglo XX, donde su grasa era altamente cotizada para la producción de aceite de lámpara y cera de velas. Informes indican que alrededor de 300,000 ballenas sei fueron cazadas, y unas 110,000 más en el hemisferio sur, reduciendo su población en un 80%.
La ciencia sigue sin palabras con el descubrimiento y empieza su estudio
El meticuloso seguimiento de esta especie comenzó hace décadas, cuando los investigadores notaron inusuales columnas de vapor provenientes del espiráculo de las ballenas, un indicativo típico de la ballena sei. Estos primeros indicios llevaron al uso de drones para recolectar muestras de piel y grasa de estos cetáceos, facilitando su estudio sin interferir en su hábitat natural. Análisis posteriores confirmaron la identidad de las muestras como pertenecientes a la ballena sei.
El uso de tecnología avanzada por la ciencia ha jugado un papel crucial en el estudio continuado de esta especie. La Fuerza Aérea Argentina colaboró en la estimación de la cantidad de ballenas en las aguas nacionales, permitiendo a los investigadores colocar dispositivos de rastreo en varios individuos. Este esfuerzo conjunto ha proporcionado una riqueza de datos sobre sus patrones de movimiento y comportamiento en el ambiente marino.
🐋🌊 ¡Increíble! Una ballena Sei en las costas de #RadaTilly
👉Cada año estos ejemplares aumentan su presencia durante los meses de verano y otoño en el Golfo San Jorge📌
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— Infotur Chubut (@InfoturChubut) January 19, 2021
Con el reciente avistamiento de la ballena sei en la Patagonia, la ciencia está ahora enfocada en profundizar su entendimiento de esta especie. Los estudios actuales buscan explorar su dieta específica en las aguas patagónicas y cómo interactúa con otras especies en el área. Este conocimiento es vital para desarrollar estrategias de conservación efectivas que aseguren la supervivencia de la ballena sei en un ecosistema que ha sido su hogar histórico.
El regreso de la ballena sei a las aguas argentinas no solo es un testimonio para la ciencia de la resiliencia de la naturaleza, sino también un recordatorio de la importancia de las medidas de conservación y la investigación científica en la protección de especies en peligro. Este avistamiento representa una esperanza para la biodiversidad marina y subraya la necesidad de continuar los esfuerzos colaborativos entre diversas entidades y naciones para preservar nuestro patrimonio natural para las futuras generaciones.
La reaparición de la ballena sei en la Patagonia para la ciencia es un llamado a la acción para reforzar y expandir las iniciativas de conservación marina, asegurando un futuro más seguro para esta majestuosa especie.