Un fracaso total y falta de transparencia. Este es el rumor que inunda el mundo marítimo en Canarias apuntando a Petrospot y Oneport como responsables de este catastrófico evento de la Maritime Week Las Palmas.
Texto ofrecido por Infopuertos.com | A nadie se le esconde que la celebración la pasada semana de la Maritime Week Las Palmas ha tenido algo que ver con José Mayor, presidente de Oneport.
Mayor ha tenido el empeño de empujar para que se celebre esta semana marítima, cogiendo el testigo y probablemente impulsado o engatuzado por Petrospot, un evento que, en el tránsito entre el presidente saliente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Juan José Cardona, y el entrante, Luis Ibarra, con Sergio Galván de jefe de filas operativo allá por los años 2019-2020, estuvo a punto de quedarse en el fondo del cajón.
Hay que recordar que ese evento se planificó en la época en que Juan José Cardona tomó las riendas de la Autoridad Portuaria de Las Palmas con un contrato temporal y con muchas ganas de deslumbrar por su gestión, que incluía necesariamente algunos fastos como éste que la Fundación Puertos de Las Palmas, la antigua, tenía en su «cartera».
José Mayor fue el elegido por Cardona para liderar empresarialmente este evento de la mano del antiguo gerente de la Fundación. La pandemia y la crisis de la Fundación hicieron descarrilar toda su organización y planificación, y lo que estaba previsto que se celebrara en 2020 finalmente se celebró la pasada semana, dos años después, y muchos cambios por el camino.
El primer cambio fue el liderazgo, que dejó de estar bajo el control de la Fundación para pasar a manos de Petrospot, y aunque José Mayor y Oneport siguieron ahí, su papel cambió de manera determinante ya que la organización del evento dejó de ser pública para pasar a ser privada con el apoyo de algunas instituciones públicas. El evento, que algunos expertos calculan que tuvo un coste total que supera los 100 mil euros, pasó a estar gestionado económicamente por la propia Petrospot.
El segundo cambio, igual de relevante, fue su financiación, que dejó de contar con dinero público del antiguo parner principal, y los organizadores tuvieron que recurrir a pasar el sombrero por las administraciones canarias, y ello además generó caer en la trampa de siempre: una inauguración llena de técnicos de administraciones locales, representantes académicos y políticos, que volvieron a repetir lo que repiten una y otra vez hasta la saciedad, pero que hierran en el marco en el que lo dicen, causando sopor y estupor a partes iguales a un auditorio escaso y ajeno a estas batallas.
Inicialmente la Maritime Week Las Palmas preveía una participación de unas 250 personas, entre empresarios representantes de la más prestigiosas multinacionales y de las compañías nacionales y regionales de los sectores vinculados (bunkering, suministros…) de actividad portuaria, algo que se quedó bastante alejado de esas expectativas, ya que algunas fuentes de la organización citaron cifras de inscritos en las que apenas se superaban las 150 personas, y éstas se encontraban a mucha distancia de ese perfil de altos empresarios internacionales, alcanzándose esa honrosa posición de buenos empresarios y técnicos locales, en su mayoría.
La repercusión del evento ha dejado mucho que desear, básicamente porque no ha habido contenido de altura para que los medios nos esforzáramos en plasmarlo, más allá, de exponer cosas que ya se habían presentado o comunicado con anterioridad.
Llegados a este punto, se equivoca quien piensa que apunto a que la responsabilidad fue de José Mayor, en todo caso su culpa fue no valorar la complejidad de organizar un evento de este tipo, de carácter internacional, sin tener atados y bien atados los apoyos y la participación foránea. Quizá el ego de apuntarse un tanto que le catapultara a la cresta de la ola empresarial le pudo. Pero ya sabemos por personas relativamente cercanas a él que no va a estar en la organización del evento dentro de dos años, si es que realmente se cumple ese carácter bianual que han predicado a bombo y platillo los organizadores, algo que nosotros dudamos de que suceda, al menos con el modelo que se utilizó para preparar este semana marítima en Las Palmas.
Quizá debiera Mayor levantar la vista más allá de Asocelpa para buscar aliados de peso para aventuras de esta índole, o quizá eventos de esta magnitud no pueden triunfar si no están respaldados por el núcleo público y privado del sector marítimo portuario en su conjunto.
Ta vez ha llegado el momento de estudiar bien a dónde va a parar el dinero público, porque experiencias como la Salt y la MWLPA dan mucho que pensar, y debieran primar los resultados alcanzados por encima de otros aspectos.