El fracaso negociador de las derechas canarias también descabeza al Partido Popular isleño, ya que Antona, como el lagunero, será el candidato de su formación al Senado.
La autoimposición del expresidente regional Fernando Clavijo como candidato de su propio partido, Coalición Canaria (CC), a ser elegido mañana martes como senador autonómico ha acelerado considerablemente la previsible crisis interna a la que dicha formación política estaba condenada desde que la mala gestión de sus resultados electorales del pasado mayo se ha traducido en la práctica desaparición de dicho partido, antaño hegemónico, de las principales instituciones del Archipiélago.
Como es sabido, Clavijo pretende ser senador en su afán por salir bien parado de los comprometedores procesos abiertos en dos juzgados de La Laguna que investigan su dudosa gestión en el Ayuntamiento de la Ciudad de los Adelantados. En una de esas diligencias, el caso Grúas, destapado por DIARIO DE AVISOS, Clavijo ya ha sido imputado (ahora investigado), mientras que en las otras, el caso Reparos, es considerado por los especialistas como una pieza muy sólida desde la perspectiva probatoria, dado que se basa exclusivamente en documentación oficial. Clavijo ya intentó con denuedo aprovechar sus privilegios para que el caso Grúas pasara al Tribunal Superior de Justicia de Canarias, pero las magistradas Carla Bellini y Margarita Varona hicieron cumplir la ley vigente y cercenaron tal posibilidad, dado que el nuevo Estatuto de Autonomía acabó con los aforamientos en la comunidad autónoma canaria.
Ahora, Clavijo vuelve a intentarlo, dado que los senadores sí mantienen el aforamiento, siempre con la esperanza de que el Tribunal Supremo sea más benévolo que lo que puedan ser los juzgados tinerfeños, pero esta huida hacia delante del lagunero supone un duro golpe al exalcalde santacrucero José Manuel Bermúdez, quien ya se había postulado para ser el nuevo senador autonómico de Coalición Canaria y se ve ahora postergado cuando ya se habían iniciado incluso los cónclaves orgánicos para que el de Valleseco fuera hoy designado por su partido y mañana elegido por los suyos en el Parlamento de Canarias. Lo cierto es que, dado el enfrentamiento existente, hasta un mensaje de Facebook del hoy diputado regional de CC José Alberto Díaz-Estébanez sembró dudas ayer sobre si se refería a Clavijo o no, dado que en el mismo se podía leer lo siguiente: “Toda aspiración personal es legítima, siempre que para colmarla no se sacrifique el proyecto común. Esa es la frontera entre la ambición y la traición”.
A este respecto, hay que tener en cuenta que si Clavijo acaba en el Senado, como parece previsible, la cuestión sucesoria pasa directamente al primer plano del partido, por cuanto al incierto futuro procesal del lagunero se le añade el hecho de que en Coalición Canaria no es plato de gusto, históricamente, que su máximo dirigente se desenvuelva en las Cortes y no en las Islas. Aunque mucho campo habrá que labrar sobre quién puede tomar el relevo, no sería de extrañar que majoreros como Mario Cabrera o palmeros como Nieves Lady Barreto entiendan que, dada la inédita debilidad actual del partido en Tenerife, haya llegado la hora de que la máxima referencia política de CC sea, al fin, de otra isla.
Si algún consuelo les queda a los coalicioneros es que sus rivales directos, Partido Popular y Ciudadanos, no solo no están en condiciones de aprovechar una oportunidad histórica para darles un buen bocado a su tarta electoral, sino que sufren crisis internas muy similares o incluso peores en las Islas.
Ello se debe, fundamentalmente, a las intervenciones de sus respectivas direcciones nacionales, cuyas directrices están resultando funestas para sus partidos en el Archipiélago.
Es el caso, por ejemplo, del PP, donde el rotundo fracaso de su secretario general, Teodoro García Egea, parece no tener límites. Primero boicoteó desde dentro la posición negociadora del presidente insular, Asier Antona, quien se negaba en redondo a ser (otra vez) una marioneta en manos de Coalición, que le ofrecía una Presidencia de Canarias vacía de contenido y limitada, en la práctica, a la asistencia a romerías y similares. Lejos de recapacitar, García Egea ha forzado que Antona sea el nuevo senador autonómico del PP, para lo cual incluso le han ofrecido un puesto preferente en alguna comisión del Senado, con lo que ello conlleva de canonjías.
El político palmero, a su pesar, parece resignado a ser el elegido para ello en la cita que tiene el Comité Electoral de su partido en la tarde de hoy. Si, finalmente, mañana martes es nombrado senador por el Parlamento de Canarias, habrá que estar atentos a la cita prevista para la tarde de la Junta Directiva del PP canario, por cuanto no se descarta la posibilidad de que se convoque un congreso extraordinario. Aunque la marcha de Antona a la Cámara Alta debilita, lógicamente, al sector que le apoya, pocos dudan de que estos mantienen su intención de medir sus fuerzas en tal congreso extraordinario con sus oponentes, considerados como afines al exministro José Manuel Soria.
En resumen, pésimos tiempos para las derechas en las Islas. Mientras Coalición Canaria, un partido que nació ya en el poder, se adentra en su particular terra ignota, que no es otra sino hacer política desde la oposición, al Partido Popular y a Ciudadanos se les obliga desde Madrid a resignarse a ser meras muletas para mayor gloria de los coalicioneros, incluso a correr el riesgo de desaparecer en las Islas, como es el caso de la formación naranja.
Todo ello, sin duda, son buenas noticias para Vox, que tiene en Canarias a uno de sus territorios en los que aún sigue sin lograr algún tipo de representación institucional.
La peor señal para todos ellos es que, si nadie lo remedia, en breve tendrán que volver a pasar por las urnas ante el cada vez más probable adelanto, otra vez, de las elecciones generales.
Por TINERFE FUMERO