Situada en pleno océano Atlántico, a tan solo 125 kilómetros de la costa de África, Lanzarote se alza como la cuarta isla más grande del archipiélago canario, un lugar donde la naturaleza volcánica, la cultura y la historia se entrelazan en perfecta armonía. Conocida popularmente como “la isla de fuego”, este destino único en el mundo, esculpido por la actividad volcánica durante miles de años, fue declarado, con todos sus núcleos poblacionales, Reserva de la Biosfera por la UNESCO, el 7 de octubre de 1993.
Cada año, Lanzarote cautiva a miles de viajeros nacionales e internacionales, quienes se sienten atraídos por sus espectaculares paisajes volcánicos, sus impresionantes playas de arenas doradas y negras, y su rica herencia cultural, reflejada en sus pintorescos pueblos pesqueros, la arquitectura tradicional, y las obras del célebre artista local César Manrique, cuya influencia se encuentra en toda la isla. “La isla de fuego” también ofrece una rica variedad de actividades para todos los gustos. Para que puedas disfrutar de unas increíbles vacaciones en Lanzarote, en este artículo te contamos las 5 mejores cosas que hacer en esta joya del archipiélago canario.
1. Explorar el Parque Nacional de Timanfaya
Situado entre los pueblos de Yaiza y Tinajo, el Parque Nacional de Timanfaya, es, sin duda, la principal atracción turística de Lanzarote. Este parque, que se extiende a lo largo de más de 51 kilómetros cuadrados, alberga más de 25 volcanes, que crean un entorno único en el mundo. Entre los volcanes más emblemáticos del parque destacan las Montañas del Fuego, Montaña Rajada o la Caldera del Corazoncillo.
2. Descubrir la Cueva de los Verdes y los Jameos del Agua
El tubo volcánico de La Corona, con sus seis kilómetros de longitud, es reconocido como uno de los más largos e interesantes del mundo. Este fenómeno geológico se formó hace aproximadamente 21.000 años durante la erupción del volcán La Corona, situado en el norte de Lanzarote. Entre las formaciones más destacadas que alberga este tubo volcánico se encuentran la Cueva de los Verdes y los Jameos del Agua, dos de las atracciones más emblemáticas de la isla.
La Cueva de los Verdes, situada en el municipio de Haría, es una vasta red de galerías y grutas interconectadas que se extiende a lo largo de varios kilómetros. Estas cavidades, formadas por el flujo de lava, han sido habilitadas para recibir a los visitantes gracias a la intervención del artista lanzaroteño Jesús Soto. A poca distancia de la Cueva de Los Verdes se encuentran los Jameos del Agua, un perfecto ejemplo de la combinación de la naturaleza y la creación artística humana. Creados por César Manrique en 1966, este espacio combina elementos naturales y arquitectónicos, albergando un auditorio natural, una piscina y un restaurante.
3. Relajarse en la playa de Papagayo
La playa de Papagayo, situada al suroeste de la isla, es considerada la mejor playa de Lanzarote. Estas playas vírgenes están compuestas por una serie de calas de arena dorada y aguas cristalinas, ideales para nadar, practicar snorkel o simplemente relajarse bajo el sol. Se puede llegar alquilando un coche desde la localidad de Playa Blanca, en barco o a pie.
4. Visitar Arrecife, la capital de la isla
Arrecife es la capital y la ciudad más grande de Lanzarote. Una de las mejores cosas que hacer en Arrecife es visitar El Charco de San Ginés, una laguna natural rodeada de casas rurales, restaurantes de tapas y bares, lo que la convierte en un lugar ideal para pasear. También merece la pena disfrutar de la playa de El Reductor y visitar el Castillo de San José, una antigua fortaleza del siglo XVIII remodelada por la Fundación César Manrique, que ahora alberga Museo Internacional de Arte Contemporáneo (MIAC).
5. Degustar los vinos de La Geria
Los vinos de Lanzarote, producidos en la región vinícola de La Geria, tienen un sabor único, debido principalmente a la combinación del suelo volcánico y la suavidad del clima. Las viñas se cultivan de forma única a mano en agujeros en forma de conos excavados en la ceniza volcánica en lugar de en vides para protegerlas de los vientos. Hay varios viñedos en esta región con visitas y catas.