Cuando el coronavirus ya rondaba el ambiente, y la alerta era real —aunque no con la fuerza de las últimas veinticuatro horas—, Vox hizo este domingo una demostración de fuerza más: citó a sus simpatizantes y afiliados en el madrileño recinto de Vistalegre y a su llamada acudieron 9.000 personas. Besos, saludos, apretones de manos.
Ahora, apenas dos días más tarde, asumen el “error”: su secretario general, líder del partido en el Ayuntamiento de Madrid y diputado nacional, Javier Ortega Smith, ha dado positivo por covid-19.
El miedo al contagio existía desde la organización, según desvelaban fuentes del partido de extrema derecha en las horas previas a la congregación. Desde la dirección del partido se había pedido a los militantes que padecieran algún tipo de enfermedad previa o crónica que no acudieran y siguieran el acto por streaming. Pero mantenían su cita: aseguraron que «la falta de claridad del Gobierno» les había situado ante la «disyuntiva» de suspenderlo y «contribuir al alarmismo» o continuar, tomando «las precauciones que están en su mano».
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